Una crónica en vinilo en forma de manifiesto. Observación: 2023 es el año de una guerra que se empantana y se olvida (Ucrania), de un éxodo violento que no se moviliza (Armenia), de un sentimiento creciente de eco-ansiedad que es indiferente a los poderosos, y de una inflación que afecta a todas las carteras. Y como diría Victor Hugo, la lista sigue y sigue.

Así que -solución precaria pero necesaria- ya es hora de que la música contemporánea rehabilite la emoción y la abrace con serenidad. Emocionarse es rotundo y nos conecta con la realidad. Resulta paradójico que algunos artistas estén tan fascinados por las últimas herramientas tecnológicas y, al mismo tiempo, tan preocupados por un retorno a la naturaleza, a la sencillez y a una actitud ecológica clara y asertiva. ¡Músicos! Seamos naturales y sumerjámonos en la emoción, olvidemos a Deleuze y nuestras notas explicativas, ¡y abrámonos a los sentimientos! Cuatro vinilos donde la emoción es la ley

Babx - Une maison avec un piano dedans - Buda musique
En esta grabación, lo sublime se roza o se acaricia. Pero la caricia es más apropiada en este álbum para piano solo (el primero) del compositor, cantante, intérprete y productor Babx, cuyo verdadero nombre es David Babin. Aquí evoca los espectros musicales y familiares que acechaban en el piano de su infancia. "No es imposible que al abrir la puerta de este álbum aparezcan los fantasmas de Emahoy Tsegué-Maryam Guèbrou, Thelonious Monk, Charlie Chaplin, Mal Waldron, las viejas bandas mineras del norte de Inglaterra, un intérprete de N'Goni en Malí, Nina Simone, Mary Lou Williams, Ravel, Schubert, etc. ....". Se oye todo eso, sí, pero sobre todo se oye un toque personal inimitable, un toque magnífico y una sensibilidad aguda y de buen gusto. La primera pieza del disco La maison avec un piano dedans es una larga melodía alla Mahler, recitada para uno mismo como un recuerdo pasando uno o dos dedos mecánicamente sobre un teclado polvoriento y olvidado. Una magnífica obertura. Le cortège de Lilibet es tan bello como una balada de Bill Evans(Danny Boy no está lejos); cada tema tiene su atmósfera, lleva sus evocaciones personales. Emoción pura y sincera.   

Cassandra Miller - Traveller Song/Thanksong- Trufa negra
Una vez más, lo sublime está presente y aquí también nos adentramos en el pasado. La compositora canadiense afincada en Londres Cassandra Miller, profesora de composición en el Guildhall, siempre ha sentido fascinación por la música del pasado y las grabaciones míticas (Kurt Cobain y Maria Callas, por ejemplo). También le interesa el antiguo y sutil arte de la transcripción. Desde Bach, que transcribió a sus contemporáneos, hasta nuestros días, la cuestión es la misma: ¿cómo dar voz a los que ya no están con nosotros, y cómo dotarlos de una contemporaneidad sensible? El arte de Cassandra Miller se resume en dos largas piezas de su vinilo de debut: Traveller Song, basada en una canción de un carretero siciliano anónimo de los años 50, grabada por Alan Lomax y Diego Carpitella, en la que la compositora grabó su propia voz y luego la superpuso y transformó con un piano y el sexteto londinense Plus-Minus Ensemble. Hipnótica. La segunda pieza, Thanksong, se inspira en el último movimiento del Cuarteto nº 15 Op. 132 de Beethoven, interpretado por el Quatuor Bozzini con la ayuda de la cantante Juliet Fraser. La escritura de Beethoven se tritura, se alarga, se repite, como si se tratara de una reminiscencia lejana interpretada a cámara lenta. Una inmersión en lo sensible

Alexis Paul - Sang de pigeon - Armures provisoires
Una vida fuera de la competición. Este es probablemente el salvavidas estético del músico Alexis Paul, el nómada del organillo. Desde hace años, recorre literalmente el mundo capturando músicas, motivos y fragmentos de vida, para luego plasmarlos en cartones perforados y hacerlos girar en el cilindro de su instrumento hecho a medida. En este álbum Sang de pigeon Alexis Paul mezcla sus dos instrumentos favoritos (el organillo y la guitarra clásica), ambos grabados en la única iglesia de hierro de Europa (la otra está en Turquía): la iglesia Sainte-Barbe de Crusnes, en Meurthe-et-Moselle, "prestada para la ocasión por su propietario, que quería devolver la vida al lugar". También confiesa que "este disco evoca el viaje interior, la superación del sufrimiento y, a través de su marco discográfico, la epopeya del instrumento que fue más allá de las iglesias y las cortes para llegar al pueblo". ¿Qué puede haber más intrigante que hacerlo renacer y sonar en una iglesia de mineros?
Ocho temas de inspiración diversa (a veces se oyen guiños a Philip Glass, recuerdos folclóricos de viajes reales o fantaseados). La cruda emoción de Alexis Paul es evidente en cada segundo: la mezcla inusual de estos dos instrumentos subraya la fragilidad melódica (y rítmica) de una música que no pertenece a ninguna categoría y es difícil de etiquetar. Al fin y al cabo, es una música que escapa al ruido del mundo al tiempo que nos hace bien en nuestra vida cotidiana.

Laraaji & Kramer - Bautismo (Ambient Symphony n° 1) - Shimmy Disc
Submersion. Inmersión. Ascensión. Este es el programa de tres pistas del primer álbum a dúo de los músicos Larraji (maestro indiscutible de la escena ambient, lanzado por Brian Eno con su legendario álbum Ambient 3: Day of Radiance) y Kramer (músico experimental neoyorquino, productor polifacético y colaborador de John Zorn, entre otros). Estos dos amigos de toda la vida siempre han querido componer juntos. La idea de bautizar el álbum surgió como una forma de llevar al oyente a otro mundo musical, aislarle del mundo, sumergirle en el sonido y hacerle olvidar todo lo que le rodea y le estorba. El álbum se construyó a partir de intercambios mutuos: Larraji, tocando la cítara, enviaba piezas a Kramer, que las reelaboraba, las devolvía y así sucesivamente. Es un álbum nacido de la soledad y la distancia. En ningún momento los dos músicos se vieron físicamente. Como en los días de encierro. Música apacible, inteligente, serena, donde la emoción no se impone ni se fuerza: ¿no es la música ambiental el tipo de música que nos sumerge abstractamente en nuestras propias emociones sin provocar ninguna en particular?

François Mardirossian