Asier Puga, un chef con visión de futuro

Entrevistas 13.10.2023

Definir a Asier Puga como director titular y artístico de la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza - Grupo Enigma es alumbrar un contorno importante de su trayectoria. Sin embargo, la personalidad de Asier Puga se abre a otras latitudes, destacando como una figura lúcida del pensamiento musical actual. Más allá de su extensa carrera y de sus trabajos con prestigiosos artistas, Asier Puga ha desarrollado en sus artículos una profunda reflexión acerca de la música y el arte contemporáneo, siempre nutrida por su interés en la experimentación, como si su espíritu luchara y transcurriera —recordando a Apollinaire- "hacia las fronteras del infinito y del futuro".

Asier Puga, ¿cuándo descubre que quiere dedicarse a la músico? Y todavia más: ¿cuándo se revela su decisión de formarse como director de orquesta?
No recuerdo exactamente cuándo o cómo quise ser director. Sólo sé que, con 8 años, cuando empecé las primeras clases de música, ya le dije al profesor que quería dedicarme a la dirección. La razón de esa decisión la desconozco, pero la pulsión que tenía entonces por esta profesión se mantiene hoy en día intacta, y, por supuesto, enriquecida..

Estoy seguro de ello, dada la largo formación recorrida. Sin embargo, ¿qué ha guiado siempre su trayectoria y con qué criterios le han ayudado a dirigirla?
He tenido la suerte de tener profesores que desde el principio me han enseñado el privilegio de subirse a un escenario y de poder compartir algo con el público, aunque también conlleve sacrificio.

¿Y desde el plano personal?
La motivación principal ha sido, y sigue siendo, la curiosidad. Mi paso por Musikene me aportó la oportunidad de conocer a tres maestros muy diferentes como Enrique García Asensio, Manel Valdivieso y Arturo Tamayo. Con ellos comencé a iniciarme en este complejo caleidoscopio que es la dirección. Luego, fui aceptado en el Royal College of Music (RCM), centro que, por aquel entonces, solo aceptaba un alumno por año. El máster era de 2 años y éramos sólo 2 alumnos. Fue una experiencia increíble poder estar sumergido en la enorme actividad musical del RCM, así como vivir unos años la explosión cultural que era Londres.

En 2014 debutó como director de ópera con Armida, de F. J. Haydn, y en 2015 dirigió el estreno mundial de Singularity, la tercera ópera del compositor inglés Michael Oliva.¿ Como fue ese estreno ese?
El teatro y la voz son dos áreas que me interesan enormemente. Mientras era estudiante en el RCM colaboré en varias ocasiones con el departamento de electrónica que llevaba Michael Olivia.Nos entendimos muy bien y me propuso dirigir su nueva ópera. Lo recuerdo como una experiencia fantástica, llena de aprendizaje, ya que fue una de las primeras obras de gran envergadura con voces, instrumentos y electrónica en la que trabajé. Siguieron otras. Gargantúa y las radionovelas de Iñaki Estrada; las grandes Medea yOresteïa de Iannis Xenakis, con las que inauguramos el Festival de Mérida este año; y más recientemente el radiodrama, Un posible día, de Javier Torres Maldonado, que estrené en España con Rocío de Frutos, Javier Jiménez y el conjunto Taller Sonoro de Sevilla.

Debido a su profundo interés por la música contemporánea, ha dirigido unos 70 estrenos mundiales en España e Inglaterra, y ha trabajado con compositores como Chaya Czernowin, Nuria Núñezy Núria Giménez-Comas, Lisa Illean y Cheryl Frances-Hoad entre otras. ¿Qué le interesa de la música contemporánea ?
interesa la música, el arte, en toda su amplitud, y ello conlleva de manera directa mi interés y curiosidad por saber qué está ocurriendo en la actualidad, y por supuesto, como artista, ser partícipe también de esa búsqueda que es la práctica artística. En España tendemos a reducir a las personas en etiquetas, y me parece que eso crea unas barreras, unas distancias entre estilos y épocas que hacen que el diálogo natural que existe en la historia del arte (como nos advertía T. S. Elliot en El bosque sagrado) parezca fragmentarse dependiendo de quién es el sujeto en cuestión. Por ello, lo que me atrae de la música contemporánea es lo mismo que me interesa de la música y el arte en general: la sorpresa, lo subversivo, el rastro de lo utópico.

¿Y con respecto a la situación actual?
Pues, reconozco que no soy muy optimista. He visto como en los últimos años el nivel creativo ha bajado enormemente. Como director artístico del Grupo Enigma intento estar muy atento y en contacto con lo que está ocurriendo en la creación sonora contemporánea en nuestro país, y aunque hay creadoras y creadores fascinantes que con su trabajo nos hacen replantearnos las nociones de escucha y lo sonoro, cada vez veo más autocomplaciencia y falta de subversión. Esto es un problema muy grave a nivel nacional, y no sería justo decirlo así sin añadir que los ensembles, orquestas, auditorios, políticas culturales y las instituciones que la rigen son y somos parte también de ese problema.

Si pensamos en la igualdad en el mundo de la música, el panorama está cambiando. ¿Cómo lo vive usted?
Me alegro, pero también desde la voluntad y el rigor de la normalidad. Creo que hay que buscar naturalizar las programaciones, es decir, que las creadoras -que, por cierto, en nuestro país son magníficas-, estén incluidas por la calidad de sus propuestas sonoras, y no por cubrir un cupo. En las temporadas que diseño para Enigma hay años en los que ha habido más compositoras y otros menos, todo depende de la línea programática y qué propuestas encajan mejor dentro de ese hilo narrativo. Hemos creado y dedicado conciertos exclusivos a obras de Chaya Czernowin y Olga Neuwirth; hemos programado y grabado obras apenas interpretadas de Ruth Crawford Seeger, Carmen Barradas, Rosa García Ascot, Pauline Oliveros y otras. En cuanto a encargos, en los últimos años hemos trabajado con Núria Núñez, Helena Cánovas, Carolina Cerezo, Anna Bofill... Siempre se puede hacer más, pero creo que en nuestras programaciones la igualdad es una base sobre la que construir la mirada hacia nuestro presente.

El 14 de octubre, en el Auditori de Barcelona, dentro del festival Mixtur, dirigirá Soliloqui(s). ¿Cómo surgió este proyecto y cómo afronta este estreno, este programa de música, poesía y vídeo?
Un programa es un marco de escucha, pero al mismo tiempo, y sobre todo, como explicó el pianista Pierre-Laurent Aimard en su conferencia inaugural en el Collège de France, es el resultado de nuestra visión crítica del estado del mundo musical. Y este aspecto me parece fundamental.

¿Por qué?
En mis programaciones, casi cada vez más, se mezclan, cruzan o superponen diferentes tipos de expresiones artísticas de diversas épocas. Vivimos en una sociedad que dialoga constantemente con diferentes formas de expresión (artísticas o no) sonoras, visuales, etc… Internet o, para ser más concreto, YouTube, por ejemplo, es una plataforma que nos permite escuchar las exploraciones electrónicas de Pauline Oliveros, por poner una autora, y acto seguido saltar a una grabación de una representación de una obra de Calderón de la Barca, una conferencia sobre Cézzane, o un programa de entretenimiento. Todo está mezclado. Todo se entrelaza en una cacofonía casi infinita. Este aspecto me fascina desde el principio, y por ello, intento que mis programaciones sean marcos de escucha contemporáneos, en toda su expresión, intentando, como decía Malévich y los Dadaístas, hablar al público con su(s) propio(s) lenguaje(s).

De hecho , Soliloqui(s) se empeza a diseñar en 2020, en plena pandemia, justo cuando OCAZEnigma.le propuso ser su nuevo titular.
Sí, exacto. Podría decir en términos poéticos que este programa surge de los temblores; de aquellas lecturas y escuchas que para mí han sido (y todavía siguen siendo) reveladoras tanto en el plano intelectual como emocional. Cuando me encontraba diseñando este concierto sentí el impulso de que los propios materiales que me llevaban a programar unas obras u otras, es decir, lecturas, conferencias, etc. cobraran una suerte de autonomía y se incluyeran en el programa, trazando una ruta híbrida a través de composiciones, textos filosóficos, dramatúrgicos, electrónicos… como un elemento sonoro más; la voz de Calderón a través de la propia de Carlos Mena se entrelaza con los sonidos sintéticos de Oliveros para volver a la voz de Paul B. Preciado, Yeats, Deleuze, etc.. Creo que la programación es un arte, y que, por tanto, todo es susceptible, bien programado y enmarcado, de convertirse en un elemento que nos invite y presente la realidad sonora.

De initio, la obra se abre con el soliloquio célere de Segismundo de Calderón de la Barca. ¿Qué razon explica  que este fragmento final de la obra del importantísimo escritor español barroco abra la obra?
Cuando leí por primera vez La vida ees sueño  , de Calderón, me produjo un enorme impacto. Tras su verso barroco se esconde una enorme violencia, la del sistema contra el individuo, centrada en la imposibilidad de pensarnos o, como diría Calderón, soñarnos diferentes. El monólogo de Segismundo condensa de manera magistral esa realidad, y a su vez, me permitía relacionarlo con los agitadores textos del filósofo Paul B. Preciado, un autor que me interesa enormemente. Por otro lado, me atrae mezclar épocas y autores para mostrar que, aunque en nuestra sociedad contemporánea estamos ultra tecnificados y ya bajo el halo de la inteligencia artificial, seguimos arrastrando las mismas preocupaciones y problemáticas que apuntaba Calderón en el siglo XVII.

En el centro del programa se presentan dos estrenos absolutos para contratenor solista y conjunto. The Land of Heart's Desire, de la compositora Núria Giménez-Comas se basa en textos del reconocido filósofo y comisario de arte Paul B. Preciado y del poeta irlandés W. B. Yeats; mientras que Voice, de Iñaki Estrada, reflexiona sobre la realidad sonora del género a través del tratamiento electrónico de grabaciones de castrati.  Que resulta rucial para hilar tal pluralidad de aspectos sonoros ?
Siempre que propongo una obra a una compositora o aun compositor intento que el mundo sonoro de ese creador encaje con los textos o materiales que le invito a utilizar. Después de trabajar con Núria en 2019 pensé que sería ideal para musicalizar algo de Paul B. Preciado. Posteriormente ella propuso incluir también a Yeats, lo que ha sido todo un acierto..

¿Y en el caso de Iñaki?
Iñaki Estrada es un gran compositor de electrónica, y por ello, le propuse hilar su obra con la única grabación que existe de un castrati original. La idea de revisar materiales antiguos, como grabaciones de vídeo o audio, de recuperar la “basura” que genera nuestra historia (pensando en Agustín Fernández Mallo, físico español), y combinarloscon el presente me interesa mucho. Ambas obras, que funcionan como una suerte de díptico, giran en torno a la idea del género, casi cuestionando si el sonido, lo sonoro, realmente, tiene género.

El contratenor solista de ambas obras será Carlos Mena. ¿Qué supone colaborar con él?
Llevaba ya tiempo con muchas ganas de colaborar con Carlos. Al haber estudiado yo en Vitoria, Carlos Mena es una figura referencial. Y luego su perfil como cantante, que aborda con igual interés e intensidad la música antigua como la actual, le hacían ideal para un proyecto de estas características. Y así ha sido.

Una última pregunta: ¿qué planes tiene para el futuro?
Entre mis próximos proyectos destacan la presentación de la temporada 29 del Grupo Enigma, una temporada que acabamos de terminar de diseñar y que gira en torno al Surrealismo, con motivo del centenario el próximo año de la publicación del Primer Manifiesto Surrealista. También, tengo por delante la dirección de West Side Story, y mi debut con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, ¡además de otros proyectos que aún no puedo anunciar!


Entrevista realizada por Chema Seglers

Soliloqui(s)se presentará en el festival Mixtur el 14 de octubre en el Auditori de Barcelona (con creaciónes de Nuria Gimenez Comas e Iñaki Estrada).

Fotos © Javi Yond

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