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Mencionar el nombre de Raphaël Cendo trae inmediatamente a la mente la saturación, un movimiento que creó hace quince años con Franck Bedrossian, al que pronto se unió Yann Robin.
Estos compositores reivindican y teorizan el uso de un "total saturado ", que revela "todas las zonas ocultas del sonido " (Bedrossian) al tiempo que permite "la completa indiferenciación de los parámetros mediante una fusión extrema " (Cendo). El ruido blanco, los sonidos complejos, la distorsión y el exceso de energía, con la inestabilidad que puede conllevar, hasta la pérdida de control del sonido por parte de los instrumentistas y la búsqueda de una cierta "animalidad", invitan a los oyentes a encontrar en la subversión y la incomodidad un nuevo ideal de belleza.
Más allá de los efectos electrónicos, los saturadores también se apropiaron de nuevos gestos instrumentales extremos que codificaron, transformando las lutherías (arcos entallados, adición de objetos), explorando matices extraordinarios y suscitando un gran virtuosismo (técnicas de interpretación diversificadas y ejecutadas con una velocidad deslumbrante), para alcanzar el principio buscado de un "despliegue sonoro exagerado en un contexto limitado " (Cendo). Si la saturación nunca se ha organizado en una escuela, como lo hicieron en su momento el serialismo o el espectralismo, que tuvieron muchos emuladores al transmitir nuevas gramáticas, cada uno de los protagonistas ha podido desarrollar su estilo dentro de esta base estética común y desplegarla a lo largo de los años. Nuestra época ya no es la de las escuelas y los discursos dogmáticos.
Raphaël Cendo (nacido en 1975) siempre ha afirmado una dimensión política en la saturación, una forma de resistencia al modelo de pensamiento único tecnocrático y neoliberal, la manifestación de un deseo de supervivencia: "El exceso nos enseña a vivir. "Este disco, grabado por elEnsemble Linea bajo la batuta de Jean-Philippe Wurtz, presenta tres etapas de su evolución estética (hemos optado por presentarlas en orden cronológico). Action Painting (2004-2005), es un manifiesto del primer momento de saturación, cuando la complejización radical de la escritura, los aullidos de los instrumentos y de los músicos, el virtuosismo desenfrenado, el uso excesivo de masas sonoras, de contrapuntos sobrecargados y de velocidades de ejecución fuera de este mundo, confluyen en un inmenso grito de violencia al límite de lo soportable. Más allá de su fascinación por la saturación de los trazos de Jackson Pollock y por el ritual que creó en torno a su acto de creación, Cendo se vio influenciado en su juventud por el rock, la Velvet Underground, el punk y el ruido. Fue capaz de canalizar estas energías en esta partitura.
La segunda parte de Action Painting, que explora una saturación de detalles minuciosos, anuncia ya el periodo de lo "infrasaturado": tras la energía cruda, radical y explosiva de los inicios, el compositor se acerca hacia 2010 a una "materia oscura", es decir, a lo que podría quedar en un mundo devastado y postapocalíptico. Esto se escucha claramente en Graphein (2014), un mosaico de mil colores en busca de una infinidad de matices de materia saturada.
La última novedad es la saturación formal experimentada en Corps (2015), lograda a través de la fragmentación estructural extrema, la pieza de 25 minutos que consta de más de 240 partes. Este concierto para piano es interpretado por un furioso Wilhem Latchoumia en una actuación terriblemente física de brillante elocuencia y virtuosismo impecable, en un instrumento aumentado por numerosos objetos.
Obra de síntesis de gran complejidad e inmensa diversidad de caracteres, presenta a un compositor maduro y en plena posesión de sus medios, capaz hoy de trascender la energía inicial que lanzó su trayectoria a toda velocidad. Desde hace varios años, de su pluma surgen estas ricas e inspiradoras piezas, como la obra maestra Registre des Lumières, estrenada en Donaueschingen en 2013.
El Ensemble Linea y Jean-Philippe Wurtz demuestran estar perfectamente acostumbrados en esta grabación a los arrebatos de las partituras de Raphaël Cendo, que trabajan con brío desde hace casi una década. Saben cómo domar la energía mientras la dejan rugir a voluntad para nuestro mayor placer. El programa está hábilmente construido, llevando al oyente desde la infinita variedad de Cuerpos hasta el estallido primario deAction Painting, que proporciona un suave aterrizaje, a pesar del fatal golpe percusivo final.
Guillaume Kosmicki
