Música sin fin

Fundas de vinilo 02.09.2022

¿Sigue teniendo sentido lanzar en 2022 un vinilo cuyos materiales principales son el petróleo y el plástico? La respuesta no está en esta columna, pero tiene el mérito de abrirla. Después de un verano caluroso y lleno de malas noticias, la música sigue siendo un consuelo, un refugio y una razón para seguir adelante para la mayoría de nosotros. Gastar 30 euros en el último disco de tu artista favorito en vinilo será cada vez más raro en la era de las plataformas digitales de 10 euros al mes. ¿La preconizada y necesaria sobriedad energética hará desaparecer el resurgimiento de este medio musical, que ha vuelto a ponerse de moda en los últimos años? Es cierto que la desmaterialización de los medios de comunicación -gracias a la inflación- disminuirá esta vuelta al fetichismo musical. Pero la buena noticia es que aún quedan miles de discos por coleccionar, ya prensados e imperecederos. Aquí están dos de ellos, acompañados de tres lanzamientos recientes, que son indispensables. 

La portada de Julius Eastman

La música de Julius Eastman ha recuperado recientemente su lugar en la esfera minimalista gracias a los amigos que le conocieron y que están poniendo a disposición sus obras. Un libro reciente (Editions 1989), traducido al inglés y que contiene varios ensayos biográficos y musicales, editado por Mary Jane Leach y Renee Levine Packer, nos cuenta más sobre esta entrañable personalidad con una carrera caótica, frágil y fascinante. Nacido en 1940 y desaparecido en la más absoluta indigencia en 1990, este artista de las mil caras (cantante, pianista, improvisador, actor y bailarín) se codeó con todas las vanguardias de su tiempo (John Cage, Morton Feldman, Christian Wolff, Arthur Russell o Frederic Rzewski), pero debido a su carácter provocador, intransigente y sin concesiones y a sus atrevidas posturas (sobre su homosexualidad y el color de su piel) nunca pudo obtener el reconocimiento de sus compañeros. Los cuatro pianistas Melaine Dalibert, Stéphane Ginsburgh, Nicolas Horvath y Wilhem Latchoumia llevan más de un año defendiendo en concierto y en disco sus tres obras maestras Evil Nigger, Gay Guerrilla y Crazy Nigger de forma notable, honesta y enérgica. Ya era hora de que apareciera una nueva versión de estas canciones. La publicación de este doble vinilo por parte de Sub Rosa es un acontecimiento bienvenido.

El vinilo de Carolina Eyck

Lanzado en abril, Thetis 2086 de la thereminista Carolina Eyck es un auténtico ovni, y eso es por diseño. "Los seres humanos a menudo sólo pensamos en nuestra existencia diaria y nos olvidamos rápidamente de tomar otra perspectiva de las cosas. Pensamos demasiado poco y sólo nos preocupa lo que ocurre en nuestro entorno inmediato. Nos escapamos a pequeños mundos paralelos en nuestros dispositivos digitales y perdemos la perspectiva del panorama general", advierte el comprometido artista. Desde hace varios años, se ha hecho un nombre en YouTube como una de las mejores intérpretes de este instrumento tan difícil de dominar: el theremin inventado hace 100 años por Leon Theremin en Rusia. El sonido reconocible de este invento se produce a partir de una señal eléctrica controlada por las manos, que no tocan el instrumento en ningún momento. Todo se hace a distancia, lo que da una impresión de extrema ligereza a todos sus intérpretes. La legendaria Clara Rockmore ha encontrado a su heredera y más, pues Carolina Eyck, además de ser una intérprete de primera clase, es una compositora con un rico universo musical de su tiempo. Thetis 2086 es un planeta que alberga una especie desconocida que desea exponer nuestra hermosa Tierra y todas sus maravillas. De la luna a la tierra, Carolina Eyck nos lleva al centro del mundo a través de piezas inspiradas en el minimalismo (a la Midori Takada), la electrónica (a la Wendy Carlos), el ambient (a la Jon Hopkins) y el color. Un disco muy especial para un instrumento que es igual de especial, aunque tenga cien años. Publicado por Neue Meister. 

Cubierta de vinilo de Frederic Rzewski

Compuesto en 1975 ¡El pueblo unido nunca será derrotado! es la obra para piano más conocida de Frederic Rzewski, compositor estadounidense fallecido en el verano de 2021. Esta pieza mayor puede sentarse fácilmente -y sin sonrojarse- junto a las Variaciones Diabelli de Beethoven y las Variaciones Goldberg de Bach. Consiste en una serie de 36 variaciones sobre la canción revolucionaria El pueblo unido jamás será vencido, de Sergio Ortega, y explora en poco más de una hora todo el abanico estilístico del siglo XX: se pasa alegre y sutilmente de una escritura muy dura a momentos que evocan el jazz, la música minimalista, el folk o incluso Rachmaninov en la generosidad de la escritura. Además, recoge lo mejor de las técnicas musicales contemporáneas: el pianista debe silbar, hacer glissandi con la palma de la mano, golpear la tapa del piano, etc. Esta obra y esta grabación son sobre todo un pretexto para hablar deUrsula Oppens, que es sin duda una de las pianistas más importantes de nuestro tiempo. Ha defendido toda su vida la obra de Frederic Rzewski, pero también la de Elliott Carter, John Corigliano, John Adams, Alvin Curran, Olivier Messiaen y muchos otros. The People United Will Never Be Defeated! sigue siendo uno de sus discos más memorables. Esta grabación fue el álbum del año en 1979 para la revista estadounidense Record World y fue nominada al Grammy. Para una música contemporánea exigente, esto es excepcional. Hoy en día esta obra es defendida y grabada por pianistas como Marc-André Hamelin, Igor Levit, Daan Vandewalle y Stephane Ginsburgh

Portada de Wendy Carlos

Otro universo y otra dimensión, la aportación musical y organológica de Wendy Carlos. Ya se ha dicho casi todo sobre su música de cine, sus transformaciones de Bach o Scarlatti en el sintetizador Moog, del que es una de las precursoras, su relación personal (a veces tormentosa) con Stanley Kubrick, y su transexualidad en una época en la que no era muy brillante. Su partitura paraLa Naranja Mecánica y sus dos Switched On Bach siguen siendo sus logros más icónicos. Sin embargo, un disco menos conocido -casi olvidado- debería volver a nuestros tocadiscos y nuestros oídos: La belleza en la bestia Publicado en 1986 en Audion Records. " Siempre hago lo que no puedo hacer todavía, para poder aprender a hacerlo", escribe Wendy Carlos en la parte posterior de la funda del vinilo, tomando prestada esta cita de Van Gogh. Es un buen modelo y nos la creemos cuando escuchamos esta música como ninguna otra. Atrás quedan las versiones medio cómicas y medio ansiosas de los clásicos, sustituidas por composiciones libres y atrevidas que llevan este nuevo instrumento a sus límites. Cada pieza aborda un aspecto, un modo, un color que el Moog y Wendy Carlos pueden aportar y empuja las fronteras musicales de lo que se llama ambient, new-age o electrónica. Viajamos a Indonesia, África, Tíbet por el simple placer de ir a la deriva. 

Vinilo de Mario Stantchev

La música de Mario Stantchev no sólo es contemporánea porque sigue viviendo en septiembre de 2022 -para deleite de su público-, sino porque está conectada a la música y a los músicos de su tiempo con una intensidad poco frecuente hoy en día. Este músico de origen búlgaro, pero afincado en Francia desde hace décadas, dejó su huella en el mundo musical lionés al crear la sección de "jazz y música contemporánea" en el Conservatorio de Lyon. Antes de ser un jazzista, Mario Stantchev es ante todo un músico de oídos inmensamente abiertos. ¡Publicado en 2019 por Ouch! Registros, Música sin fin es su primer álbum en solitario con composiciones propias, un aspecto de su vida como músico que ha destacado recientemente. Este pianista de jazz conoce a Stravinsky tan bien como a Thelonious Monk, y no va a recibir lecciones sobre cómo tocar a Bach o a Federico Mompou -de quien puede ser heredero en algunas piezas-. Como compositor, tiene el arte de inspirarse en todo lo que le rodea. Una idea que escucha en un concierto en una obra de Moondog le dará el impulso al día siguiente para una pieza original que -al final- no le debe nada a Moondog. En otras ocasiones, una impresión en una calle o simplemente un estado de ánimo del momento darán lugar a una obra original. Este álbum recoge temas y obras que han acompañado a Mario Stantchev durante buena parte de su carrera: un homenaje de filigrana a Messiaen, otro a Bach y Verdi, experimentos armónicos, rítmicos y melódicos hacen de este disco un autorretrato musical rico, emocionante y muy sincero. La música contemporánea con esta apertura de miras tiene un gran futuro por delante. 

François Mardirossian

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