Entusiasta, alegre, alocada, fresca, colorista y pulida, la música del joven compositor vasco-español Mikel Urquiza, nacido en 1988, es también de una riqueza incomparable. Cada escucha de Espiègle (l'empreinte digitale), grabación realizada por el Ensemble C Barré (Marsella) y los Neue Vocalsolisten (Stuttgart) dirigidos por Sébastien Boin, revela un detalle más, ya sea una travesura escondida en un rincón fugaz del tiempo, un deslumbrante esplendor armónico y sonoro surgido de un pequeño desvío o una cita oculta perdida en la continua abundancia.
La cita es el arte compositivo deUrquiza, que parece pegar o reciclar lo que le viene a mano mientras respira, en un mosaico cincelado. Abriendo el disco, el torbellino Lavora stanca para doce instrumentistas (2020) da vértigo. Todo está incluido, desde canciones revolucionarias e himnos nacionales hasta leitmotivs wagnerianos y cantos de pájaros. Todo se transforma en todo, el Silbido de los siete enanitos de la obra de Disney se convierte en El pueblo unido jamás será vencido, la Internacional se convierte en la Marsellesa. Este comienzo de fanfarria, inspirado en la fatiga Travailler de Cesare Pavese, actúa como un tráiler y utiliza maravillosamente la paleta sonora de los doce músicos de C Barré, este conjunto con un instrumental tan singular: clarinete bajo y clarinete, saxofón tenor y saxofón barítono, trompeta, acordeón, címbalo, piano, percusión, mandolina, guitarra, arpa, violonchelo y contrabajo, todos equipados con triángulos.
Las cuatro piezas de Mi voz es mi contraseña (2021) exploran el tema de los mensajes robotizados de las centrales telefónicas e Internet. Estos símbolos pesadillescos de la frialdad técnica administrativa, que han invadido nuestro mundo ultraliberal inhumanizado, son evocados de forma perfectamente orgánica y con humor picante por las seis voces a capella de losNeue Vocalsolisten, salpicadas de numerosas citas, de Bach al jazz. ¡Sorprendente!
Mandolina, guitarra y arpa forman gran parte de la identidad sonora de C Barré. Mikel Urquiza les ha dedicado Elurretan (2017, 'Sobre la nieve', en euskera). Las tres partes de la obra subliman sus timbres con fina maestría, raspados y frotados en 'Mara-mara', en glissando en 'Irrist' y en sutil percusión en los trémolos de 'Dardar'.
Voces e instrumentos se unen en dos obras, More sweetly forgot... (2017), para soprano, saxofón soprano, acordeón y percusión, y Songs of Spam (2019) para seis voces y siete instrumentos. La primera se basa en poemas de Safo, traducidos por Anne Carson, e interpretados muy libremente en obras de carácter ritual -no en vano, una cita de Stimmung in 'Youth' de Stockhausen-. Songs of Spam, por su parte, es una evocación a cuatro bandas de la contaminación publicitaria vomitada sin cesar por el spam, con tal humor que casi hace reír a carcajadas. A la manera de una ceremonia religiosa, las frases incongruentes se propagan, "Billones y billones" martillean en la segunda pieza, a la manera de Donald Trump, calentando los servidores hasta que nuestro mundo arda.
El álbum se cierra por todo lo alto con un homenaje al Chansonnier de Palacio, célebre colección manuscrita del Renacimiento español, del que Cancionero sin palacio (2021) ofrece una relectura amorosa y colorista, que sublima una vez más la riqueza tímbrica de los doce instrumentistas del Ensemble C Barré. Este CD celebra los esplendores y las locuras de la humanidad. Puede escucharse una y otra vez, revelando nuevos colores mientras el mundo siga girando.
Guillaume Kosmicki
Espiègle, de Mikel Urquiza con el Ensemble C Barré y los Neue Vocalisten, dirigidos por Sébastien Boin - Label L'empreinte digitale
Foto © Rui Camilo Foto © Sebastian Berger Foto © Cécile Chassang