Stéfane Perraud y Aram Kebabdjian han tenido la sorprendente y poética idea de crear sonidos a partir de las señales emitidas por los satélites zombi que misteriosamente siguen emitiendo desde la órbita. La instalación, Hysteresia, está ahora de gira por toda Europa.
Se llaman Oscar 11, Les-five, les Solrades, Isis, Alouette o Akébono; son 31 y son satélites zombis, es decir, satélites que ya no funcionan, también conocidos como "ruinas celestes", pero que siguen orbitando y emitiendo sonidos. Estos objetos, tan poéticos como tecnológicos, llamaron la atención del artista visual Stéfane Perraud, apasionado de la ciencia ficción y la física, y de su compañero de fatigas, el escritor y dramaturgo Aram Kebabdjian. Juntos concibieron Hysteresia, una instalación sonora y herramienta de performance, que se expuso en el Mudac de Lausana hasta febrero de 2024 y que estará de gira por Francia -en el marco de la próxima Noche en Blanco de París, en la Gaîté Lyrique, y probablemente de gira por Córcega en verano- y Bélgica, en el Pavillon de Namur.
Diálogo con el más allá
Los dos artistas trabajan juntos desde hace diez años. "Nos interesa mucho la noción de residuo, la arqueología tecnológica... y el periodo de la Guerra Fría", explica Stéfane Perraud, que ya ha creado una "Máquina de Dibujar" que recupera ondas militares y las transforma en dibujos cada día.
Pero ésa es otra historia.Histeria es una forma de hacer cantar estos residuos celestes y de contar la historia olvidada de estos fantasmas tecnológicos", prosigue. Hysteria evoca el efecto de la histeria. Hysteros", en griego, es lo que viene después.
E l efecto de la histeria designa la persistencia de un efecto cuando la causa ha desaparecido", en este caso, la persistencia de las señales que estos satélites muertos siguen emitiendo desde el espacio, y más concretamente desde las órbitas de los cementerios donde se encuentran."¿Qué recuerdan todavía? ¿Qué tienen aún que decirnos? Estos objetos plantean algunas cuestiones filosóficas fascinantes", prosigue Aram Kebabdjian. La idea no es sólo escuchar los sonidos emitidos por estos satélites, sino procesarlos y transformarlos en material artístico.
histeria-instalación-mudac from Aram Kebabdjian on Vimeo.
Haz cantar las modulaciones del satélite
Los dos artistas trabajaron en el proyecto durante casi ocho años. "Queríamos crear un sintetizador de los sonidos emitidos por estos satélites zombi. Estos ruidos tienen tanto potencial, abren la imaginación y el campo de posibilidades...", explica Stéphane Perraud. Hysteria se presenta como "un observatorio sonoro de satélites zombi". Gracias a su software, la obra busca automáticamente en directo las señales de radio residuales de estos satélites, la mayoría de los cuales datan de la Guerra Fría, y las reproduce al público a través de sus tres pabellones. El software construido por Stéfane y su equipo funciona sobre la base de una efeméride: "Sabemos con diez días de antelación a qué hora y con qué frecuencia pasarán y transmitirán los 31 satélites. El programa informático sigue y capta la señal, las ondas, como una radio. A continuación, la señal se procesa, se "desnotiza", y un secuenciador reproduce el sonido bruto del satélite y, poco a poco, intenta hacerlo cantar a partir de una partitura que hemos escrito. Los efectos son sencillos, como reverberación y saturación".
Historias polifónicas
El sonido está en el centro del proyecto: mientras los satélites emiten sus ruidos y oscilaciones, la historia de cada uno de ellos es contada por varias voces de mujer grabadas. Aram Kebabdjian ha escrito estos textos basándose en investigaciones documentales y tejiendo una polifonía: "Entre cinco y diez textos, en francés, están asociados a cada uno de los satélites. Estos textos son de varios tipos: algunos recorren una parte de la historia de estos satélites, satélites militares, satélites espía, satélites de geolocalización, satélites meteorológicos, satélites de televisión... Todas las funciones de los satélites están representadas en estos 31 ejemplares. Pero no me limito a la fecha de despegue del satélite y a su misión: hemos llevado la imaginación aún más lejos. Mi favorito es quizás el Tránsito 5b-5, el más antiguo, que data de 1964, y apodado "el satélite cantante" porque su delicado sonido se asemeja al de un pájaro electrónico.
Experimentos sobre el ruido
Más que una instalación, Hysteresia es una oportunidad para diversas actuaciones en torno al ruido: "Somos artistas visuales y escritores" , insiste Aram. Nos parece esencial conseguir que los músicos utilicen las ondas para crear música con ellas, para integrarlas en su música". Por eso se invita regularmente a artistas y músicos sonoros, como Aho San en Lausana.
hysteria-live performance-Aho Ssan- @mudac from Aram Kebabdjian on Vimeo.
El público de Lausana se mostró muy curioso. " Las palabras zombi y satélite realmente intrigaron a la gente, por no mencionar el hecho de que la instalación parecía un ovni", afirma Aram. Hysteria invita a los visitantes a descubrir la historia única -y a veces increíble- de cada uno de estos satélites, auténticos testigos e incluso protagonistas de la historia, y a dirigir su mirada hacia el cielo, "el lugar de toda eternidad en diversas mitologías", afirma Stéfane. Como traductora de sonidos misteriosos, la instalación se convierte en una puerta a la creación.
Suzanne Gervais
Fotos © Stéfane Perraud Fotos © Anquetil Bijan Fotos © Étienne Malapert