Fragancias sagradas en el convento de los Mínimos. Para su concierto programado en el marco del festival Prospectivas XXII del Conservatorio de Perpiñán (grabado sin público y difundido en youtube), el colectivo Flashback se instaló en el claustro del Couvent des Minimes, lugar ideal para acoger esta fantasmagoría audiovisual. 

El suntuoso espacio permite que el sonido instrumental se despliegue libremente, amplificado e incluso transformado por la electrónica que siempre está presente en los conciertos-espectáculo de Flashback. Las dos intérpretes en escena, la pianista Clarisse Varihl y la acordeonista Fanny Vicens, están inmersas en un entorno inmersivo concebido por el artista visual Thomas Pénanguer, que utiliza una imaginación visual extremadamente sensible al servicio de la música. Se presentarán dos compositores, el francés Alexander Vert, director de Flashback, y el peruano Juan Arroyo, cuya nueva obra Monolithe se estrenará mundialmente.  

Clarisse Varihl está al piano para interpretar Nuages de Alexander Vert, un guiño a Debussy y su música al aire libre: transparencia, movilidad y calidad vibratoria de las texturas sonoras bañadas en resonancia y ecos múltiples. La electrónica proporciona el alcance espacial del continuo sonoro, invirtiendo todos los registros del instrumento bajo la interpretación cristalina del intérprete. El título de la segunda pieza, Turn on, Tune in, Drop out , se centra en el futuro de los sonidos. La obra está escrita para acordeón microtonal (afinado en cuartos de tono). Fanny Vicens, acompañada de su compañero acordeonista Jean-Étienne Sotty, con el que forman el dúo Xamp, concibió el prototipo en 2015 con la ayuda del constructor de instrumentos Philippe Imbert, dotando al instrumento de un "grano" más fino, más impalpable también, el cuarto de tono que a veces perturba la materia sonora. El acordeón de Vert es un cuerpo vivo del que surgen extrañas voces que la electrónica procesa en directo y remodela a su antojo. Las suntuosas notas graves que Fanny Vicens extrae de su instrumento producen un escalofrío. 

Monolithe, la pieza estrenada mundialmente, es el resultado de una residencia de un mes del compositor en el "laboratorio" de Flashback en Perpignan. De origen peruano y residente en París, Juan Arroyo trabaja intensamente con las nuevas herramientas tecnológicas. Ha trabajado con el software MaxMSP de Ircam y la síntesis granular para esta nueva e impresionante pieza que reúne piano, acordeón y electrónica. " El monolito es una piedra en la que he grabado mensajes dirigidos a los seres queridos a través del código Morse. También he transpuesto musicalmente el gesto de la mano que se apoya en la piedra como para dejar su huella en ella ", confiesa el compositor.

La música está concebida en un flujo continuo con profundas resonancias que se despliega y se ve simultáneamente; el material es denso, salpicado de violentos arañazos, los dos instrumentos están a veces inmersos en la vorágine electrónica, enterrados bajo la ola antes de reaparecer en su desnudez acústica. Delicadamente cinceladas, las últimas páginas de la partitura restituyen una dimensión vertical, con la ayuda de las imágenes de Thomas Pénanguer: un momento de emoción singular que se inscribe en un tiempo suspendido donde se establece el orden del ritual.     

Michèle Tosi