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L'Instant Donné celebra su vigésimo aniversario en La Marbrerie de Montreuil, donde lleva diez años actuando. El acto se acompaña de la edición en el sello Odradek de dos CDs monográficos, los de Mikel Urquiza y Ramon Lazkano, ambos de origen vasco e incluidos en el programa de la noche.
L'Instant Donné es un colectivo de diez personas (entre ellas ocho instrumentistas) dedicado a la creación contemporánea. Es un conjunto no dirigido que funciona sobre la base de la escucha mutua, la sinergia del grupo y la mayor responsabilidad de cada individuo: un reto que los músicos han asumido durante veinte años, con el deseo compartido de "encontrar el aliento común". El aliento, la voz, aunque esté ausente, está en el corazón del sonido de esta velada, con cuatro obras en el programa.
La primera, Egan-2 (2006-2007), de Ramón Lazkano, es una pieza para seis instrumentos que forma parte del 'Laboratorio de Tizas', un ciclo de obras en homenaje al escultor vasco Jorge Oteiza: "No tengo una relación narrativa con la música. Pienso más en la escultura. No desde el punto de vista de la forma, sino de la materia", explica Lazkano, cuyo deseo es experimentar la fragilidad y la fugacidad de la materia sonora. Egan significa "vuelo" en euskera: Egan 2 es una música conmovedora, de texturas conmovedoras y refinadas, cuyo contorno parece desvanecerse a medida que el compositor va filtrando las notas bajas de un sonido que se desintegra y se pierde poco a poco en la respiración.
El material y el gesto que se realiza sobre él también están en el centro de la obra de Bastien David, este soñador de lo inédito que presentará al público parisino, el 8 de mayo, su Métallophone, una estructura gigante que ha tardado nueve años en diseñar. Los tres agitadores xilófonos con sus palas de madera no son una invención suya; sin embargo, la idea de tocarlos con un arco sí procede de él. En Six chansons laissées sans voix, Bastien David explora la capacidad de los instrumentos, desviados de su función habitual, para dar voz: nasal, laríngea, gutural, según la fuente instrumental y la técnica ad hoc utilizada. Uno piensa a veces en los juegos vocales de los inuits, que suelen terminar con una gran carcajada. Este extraño y alegre "corito" funciona en estratos rítmicos que se aceleran o ralentizan a voluntad: grita, raspa, refunfuña, chirría... Caroline Cren deja su teclado para frotar con ambas manos un hermoso globo azul, dirigiendo a toda la tropa en una especie de batucada davidiana que la compositora detiene en seco. La ingeniería es asombrosa; la soltura y la precisión de los instrumentistas, que sonríen al final de la sexta canción, no lo son menos.
La voz está ahí, la de Marion Tassou, que se ha unido a los nueve músicos de L'Instant Donné, en I Nalt be Clode on the Frolt (cuyo título no se traduce): estas cinco alertas y divertidas canciones de Mikel Urquiza aparecen en el CD monográfico del compositor: "Cherche titre, Cherche femme, Cherche maison, etc.". Los textos proceden de anuncios encontrados en Internet y ponen la voz de la soprano en todos sus estados; es a su vez histérica, excéntrica, en bucle o simplemente susurrada. Los instrumentistas la siguen en sus múltiples comportamientos y la comentan con una vitalidad tímbrica y de escritura, un humor distanciado y una invención que deleitan. La entrega de la soprano, al igual que la de los instrumentistas, es total, en una partitura exigente que no escatima a sus intérpretes. El quinto movimiento, lleno de aliento, se queda sin palabras: la música se adentra en el mar con la resonancia de las bocinas de niebla y otras evocaciones marinas...
Gérard Pesson escribió L' Instant tonné para L'Instant Donné, con quien trabaja desde 2006. Con À L'Instant, Georges Aperghis, también compañero desde hace mucho tiempo, presente en este evento de aniversario como los otros tres compositores, ofrece al conjunto una nueva dedicación. La pieza nació de un trabajo de taller, una elaboración en intercambio con los instrumentistas: "Hay una materialización de los elementos, una concreción de la música que es mucho más fuerte porque conozco a los intérpretes... para mí son personajes musicales", subraya el compositor. En este teatro (sin teatro) en el que a veces emerge la voz, se teje una historia con sus registros, sus entonaciones, sus solos y sus manifestaciones colectivas que dejan a cada uno la libertad de imaginar un escenario: tantos colores, gestos, técnicas de juego que contribuyen a la finalización de esta obra "dirigida": las flautas japonesas de Mayu Sato-Brémaud, las capas resonantes del piano de Caroline Cren, el registro pajarero del clarinete de Matthieu Steffanus y del oboe de Sylvain Devaux (músico invitado), los sonidos deslizantes del arpa de Esther Davoust-Kublez, el santour de Maxime Echardour, las voces cantadas de Saori Furukawa y Elsa Balas, los armónicos luminosos del violonchelo de Nicolas Carpentier y muchas otras manifestaciones sonoras que completan este "retrato" de L'Instant Donné y coronan una velada muy hermosa.
Michèle Tosi
