Un sábado de luz para L'Itinéraire

Conciertos 21.11.2023

Una velada de segundo aniversario para L'Itinéraire, que celebra su medio siglo por todo lo alto: tras una residencia de diez días en el Festival Messiaen, el conjunto es acogido por el equipo del Ircam en la Espro, lugar ideal para que esta falange dedicada a la música mixta proyecte sonido y luz. 

Estrenos mundiales de música de dos compositoras, Núria Giménez Comas y Natasha Barrett, se codean con música de los fundadores y primeros miembros del conjunto, Michaël Levinas y Hugues Dufourt, así como un encargo de Radio France de 1988 al compositor británico Jonathan Harvey para L'Itinéraire.

El público se acomoda mientras la pieza Llum i matèria (para Kaija) de Núria Giménez Comas ya ha comenzado. La compositora catalana nos hace escuchar el murmullo circundante, el del público pronto dominado, con la ayuda de la amplificación, por el murmullo de los instrumentistas, algunos de los cuales están sentados en los pasillos laterales, cerca de los oyentes; una onda zumbante que hace surgir el sonido y la luz que lo ilumina y difracta. Bajo la dirección de Léo Margue, que se ha colocado en el podio con la mayor discreción, el espectro sonoro se revela lentamente, frágiles partículas en las que la frontera entre la interpretación instrumental y los sonidos fijos se borra en favor de los colores y constelaciones repartidos por el espacio. La pieza cambia a mitad de camino: "Luz y pesadez ", escribió Kaija Saariaho, a quien está dedicada la pieza. Introduce un paisaje y un grano más oscuros, una naturaleza más árida (asperezas en las cuerdas) sacudida por señales inquietantes; un sonido que se hunde en un silencio vertiginoso, dosificado, en el colmo de la emoción, por el lamento de un flautín solitario: ¡tan sensible como impactante!

Extrañas y no menos cautivadoras, las Désinences (2014) de Michaël Levinas, cofundador de L'Itinéraire, son estudios exploratorios en los que el compositor nos invita a escuchar los espacios intersticiales entre las teclas del piano: los transitorios del ataque (momentum) y la caída del sonido (desinencia); un espacio intermedio que la microtonalidad obtenida en los teclados midi nos permite controlar mejor. La pieza cuenta con los dos pianistas del conjunto, Fuminori Tanada y David Chevalier, que alternan el piano y los teclados digitales. Levinas, eminente pianista, menciona en sus notas a la obra el uso del medio pedal y de técnicas específicas de legato para avanzar hacia el continuo sonoro (desplazamiento de las inflexiones) que tanto deseaba. El enredo de líneas bañadas en resonancia favorece el batido entre frecuencias, dando lugar a lo que él llama las "lágrimas del sonido". La inestabilidad y la difuminación de los tonos en los flujos descendentes y ascendentes, el trenzado armónico-polifónico de las escalas, alimentan un material sin aristas, dando lugar a inquietantes efectos de emergencia. 

En Valley of Aosta (1988), de Jonathan Harvey, que cierra la primera parte de la velada, las dos arpas están afinadas con un cuarto de tono de diferencia, al igual que los dos sintetizadores DX7, instrumentos MIDI controlados por ordenador para los que el compositor escribe cadencias de extravagante burbujeo sonoro. La pieza, inspirada en el cuadro homónimo de Turner, es una obra maestra de la orquestación y de la perfecta imbricación de la escritura instrumental y los sonidos sintetizados: "La armonía se atomiza, se pulveriza, dejando filtrar la luz", comenta el compositor, que procede, como el pintor sobre el lienzo, a desmaterializar la forma. En perfecta sinergia, Léo Margue y los trece músicos de L'Itinéraire le confieren una vitalidad y una energía cinética galvanizantes.

Aurélio Edler-Copes está solo en escena en La Cité des saules (1997) para guitarra eléctrica y transformación sonora, que abre la segunda parte. Menos jubilosa, la obra adopta un enfoque más contemplativo, en el que el gesto instrumental deja paso al fenómeno sonoro (zonas planas de acordes coloreados) y a su devenir: "No hay motivo, ni figura, ni contorno [...]", advierte el compositor. Lo único que importa es el proceso de espacialización y el trabajo de transformación del sonido. Víctima de la obsolescencia tecnológica que condenó la obra al silencio, La Cité des saules es ahora objeto de una nueva versión con transformación digital; Aurélio Edler-Copes tiene el mérito de haber realizado el patch en Max/MSP. Magnificada por la acústica del Espro, la pieza invita al tipo de experiencia auditiva aguda que a este esteta del sonido le gusta suscitar.

Las luces de la ciudad

Shimmering Cities, para sinfonietta, electrónica en directo y universo electroacústico inmersivo de la compositora británica Natasha Barrett, es el plato fuerte de esta velada de luz. Muy versada en técnicas de espacialización y familiarizada con la cúpula ambisonic de Espro, compone el espacio con asombroso virtuosismo, manteniendo el vaivén y los fundidos cruzados entre el exterior (grabación de campo) y el interior (escritura instrumental), niveles de escucha que modifican el espacio y la temporalidad; a veces los superpone en lo que ella llama sus contrapuntos espaciales. La escritura instrumental es abundante: música objetual de gran inventiva que evoca imágenes: un abigarrado surtido de colores (la percusión es activa y sus accesorios abundantes), morfologías ruidosas y señales múltiples para dar cuenta de esta "sinfonía de ciudades" y de las miles de energías que la componen. Barrett nos aleja por un momento del centro de la ciudad, para adentrarnos en una parte más tranquila, llena de ecos de la naturaleza, cantos de pájaros y fragancias poéticas. La inmersión es total y el confort de escucha ideal.

Galvanizados por la dirección muy comprometida de Léo Margue, los músicos de L'Itinéraire están en plena forma esta noche, haciendo maravillas. En un concierto en el que la electrónica desempeña un papel decisivo en el desarrollo de cada obra, hay que saludar también el trabajo de los cinco músicos de la consola, Núria Giménez Comas y Natasha Barrett para sus respectivas piezas, Carlo Laurenzi y Augustin Muller del Ircam para las otras tres y Luca Bagnoli que supervisa la difusión sonora. 

Michèle Tosi

Ircam, Espace de projection - Paris le 18-11-2023
Núria Giménez Comas (nacida en 1980) Llum i matèria (para Kaija), para septeto y electrónica (CM); Michaël Levinas (nacido en 1949): Les Désinences, para piano y teclados midi; Jonathan Harvey (1939-2012): Valle de Aosta, para conjunto mixto y trece instrumentos; Hugues Dufourt (nacido en 1943): La Cité des saules, para guitarra eléctrica y transformación sonora; Natasha Barrett (n. 1972): Shimmering Cities, para sinfonietta, electrónica en directo y universo electroacústico inmersivo (CM). Fuminori Tanada y David Chevalier, piano; Aurélio Edler-Copes, guitarra eléctrica; ensemble L'Itinéraire; Christophe Forey, iluminación; Núria Giménez Comas, Natasha Barrett, electrónica; Carlo Laurenzi, Augustin Muller, Ircam electrónica; Luca Bagnoli, Ircam difusión sonora.

Fotos © Antonio Gonima
Fotos © Philippe Barbosa

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