Rafael FusaJazz en Perú

Vista desde otro lugar 29.10.2021

Desde hace casi tres meses, los aficionados al jazz pueden reunirse en un lugar discreto, en el corazón del barrio de San Blas, a dos pasos de la muy turística Plaza de Armas de Cuzco. La ciudad peruana, que alberga decenas de clubes de rock y salsa, cuenta ahora con un club enteramente dedicado al jazz y sus múltiples ramificaciones, más o menos experimentales: Casa Palacio 116. 

Juan José Herrera, contrabajista del Conservatorio de Barcelona, está detrás de este nuevo local, que abrió tras varios meses de pandemia. Un reto. "Dejé España y me trasladé a Cuzco hace cuatro años. Mi madre es peruana. Quería un lugar en el que pudieran reunirse los músicos de la escena jazzística peruana y, en general, de Sudamérica. No había lugar para el jazz en Cuzco. Ahora, el reto es reunir a un público mucho más acostumbrado a la música tradicional y latina. No es fácil, pero ofrecemos el programa más variado posible. Y a pesar de la todavía tensa situación sanitaria de Perú, el club de jóvenes organiza conciertos todas las semanas: los martes, jam sessions con jóvenes músicos, y los miércoles y jueves, conciertos con grupos y solistas profesionales.

El jueves 14 de octubre, unos cuantos cusqueños, de una edad media de 25-30 años, se agolpan frente a la puerta de cristal del pequeño salón. En el cartel hay un gran nombre: el saxofonista Rafael Fusa Miranda, de Lima. Los espectadores se sientan en los cuatro bancos de madera colocados frente al pequeño escenario, forrado con alfombras. 

El local es íntimo, con paredes blancas y piedra vista, y las copas llenas de vino argentino tintinean antes de que comience el concierto. Los músicos charlan con el público.El saxofón no es un instrumento muy común en Perú", explica Rafael Fusa, quien, tras unos años de formación clásica en el conservatorio, prefirió continuar su formación por su cuenta, en contacto con jazzistas. En mi música, estoy muy influenciado por el jazz de Miles Davis y Charlie Mingus, pero también por la música tradicional de mi país. Pero su apego al folclore andino de Huancayo y Ayacucho, y en particular a la música de la danza ritual de Los Danzantes de Tijeras, que es también una danza de resistencia cultural, es una constante en sus experimentos musicales, que comparte especialmente con su grupo Fusa/Gómez Dúo.

Las composiciones que Rafael y sus músicos tocaron esa noche oscilan entre modalidades sorprendentes, con sabor experimental, y referencias a un lenguaje jazzístico más clásico, con improvisaciones atrevidas y un arsenal de percusión tradicional (grelos, palos de lluvia, maracas) acoplados en diferentes lugares de la batería.
Músicos apasionados y un nuevo lugar al que deseamos larga vida.

Suzanne Gervais

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