Oliver BeerObjetos resonantes

Enfoques 29.06.2022

Nacido en 1985 en Pembury (Reino Unido), Oliver Beer vive y trabaja entre Londres y París. A través de performances, películas y conciertos, el artista británico, compositor y músico de formación, sitúa la voz humana en el espacio y reconfigura arquitecturas calculando sus frecuencias de resonancia. Iluminación de la 59ª Bienal de Venecia 2022.

En el centro de su obra, la interacción entre el espacio arquitectónico y la voz humana alimenta un importante corpus de actuaciones acústicas, articuladas en torno a lo que denomina The Resonance Project. En este proyecto, Oliver Beer experimenta con la interacción del espacio y el sonido. Al revelar las oscilaciones de la armonía y su "coreografía" con lo vivo, establece una verdadera conversación entre los cuerpos y la arquitectura, y el potencial de esta relación para modificar las percepciones. 

Sus obras se organizan en una relación cara a cara entre dos conjuntos de cajas de resonancia que interactúan entre sí: los cuerpos de los cantantes y la arquitectura, que, según los materiales utilizados, se convierten en instrumentos musicales.
Las composiciones sonoras de Oliver Beer se basan en efectos de retroalimentación, ecos, bucles, que aumentan el sonido, la voz, multiplicando el texto cantado por sí mismo: recitativos, oraciones(Worcester College, Oxford, 2007), descripción tautológica de arquitecturas y lugares por las voces, constituyen los materiales del canto.
Así, la pieza Pay and Display, (2010-2011) pone la arquitectura de un gran aparcamiento de hormigón bajo el control de las voces de un coro de cantantes y voces infantiles que lo hacen resonar a partir de dos afirmaciones que describen el valor de uso del aparcamiento: "You must Pay and Display" , "Except on Sundays" .
Los recitativos cantados en canon en varios puntos de la arquitectura calculan las frecuencias sonoras naturales del lugar.

Abbazia di Farfa, Roma (2008) multiplica infinitamente el proceso de bucle sonoro en las construcciones vocales de Oliver Beer. Las palabras de la oración del "Padre Nuestro" se cantan a través del espacio de una iglesia abacial románica, utilizando frecuencias de resonancia para hacer audible el edificio. Grabado y transmitido por altavoces, el canto del "Padre Nuestro" es a su vez regrabado y reproducido en bucle, y luego grabado de nuevo (un dispositivo que recuerda a I am sitting in a room de Alvin Lucier, nota del editor). En este proceso de sonido en bucle, la propia arquitectura absorbe las frecuencias resonantes que se amplifican, eliminando las no resonantes.
En Deep and Meaningful (2009-2010), el artista coloca un coro de cantantes en un sistema de alcantarillado victoriano en Brighton, con el fin de recalcular su frecuencia de resonancia. La palabra cantada "Amén", que llena todo el espacio de la alcantarilla, la transforma en una gigantesca gaita.
Así, las obras que componen el proyecto genérico El Proyecto Resonancia (2007-2010) son todas composiciones para sintonizar espacios arquitectónicos. La partitura sonora, fijada en el espacio por las voces de los cantantes, es cubierta gradualmente por la música "producida" por la propia arquitectura.

En una pieza más reciente, Oliver Beer ha elegido el propio cuerpo humano como vehículo para la emisión y difusión del sonido y la voz. En Composición para bocas (Songs My Mother Taugh Me, 2018) parejas de cantantes interpretan canciones tradicionales de los aborígenes australianos, ragas indios, boca a boca, ajustando respectivamente la voz y la respiración al cuerpo del otro. En la exposición Household Gods organizada en la galería Thaddaeus Ropac en 2019, presentó un amplio grupo de objetos domésticos procedentes de colecciones familiares a los que el artista dio "voz", rodeándolos de micrófonos que amplificaban las distintas frecuencias sonoras relativas al espacio expositivo y cuya resonancia rapsódica de los objetos determinaba extraños bucles sonoros retroactivos.

Finalmente, en la 59ª Bienal de Venecia, el pasado mes de junio, el artista continuó con Sin peinar, sin prever, sin restricciones -una actuación de 24 horas en el Conservatorio de Música-, el artista continuó sus experimentos con el sonido de los objetos: instalado frente a un pequeño armonio, tocó múltiples escalas, haciendo resonar varios objetos frente a él, una tetera, un pato de porcelana...

Pascale Cassagnau



Foto profunda y significativa 2010 © Oliver Beer / Cnap
Fotos © Oliver Beer
Fotos © Thaddaeus Ropac gallery, London - Paris - Salzburg - Seoul
Fotos © Almine Rech Gallery
Fotos © Charles Duprat
Fotos © Cici Olson -


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