Joven, prometedor y ambicioso. Así son Kebyart, el cuarteto catalán de saxofones formado por Pere Méndez, Víctor Serra, Robert Seara y Daniel Miguel. Formado en el ESMUC, Kebyart está recogiendo el trabajo cosechado desde 2014, año de su creación. Desde entonces, no ha dejado de sorprender al público y a la crítica. Jörg Widmann ha dicho que el cuarteto de saxofones le era ajeno, hasta que conoció a Kebyart. Ahí es nada. Como si el instrumento fuera una extensión de su cuerpo, estos músicos revelan su talento, su virtuosismo y su sincronismo. Ganadores de varios premios, su brillante carrera se consolida paso a paso, en las mejores salas europeas, como en la Philharmonie de París el 7 de marzo.
Así es Kebyart, la pasión de la música de cámara.
Explicame como naceKebyart, este cuarteto de saxofones. Estoy intrigado.
Nace en el seno de la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC). Estudiábamos todos con el mismo profesor, Nacho Gascón, aunque cada uno tenía su grupo de música de cámara por separado. Nosotros éramos amigos y queríamos tocar juntos. Y gracias a nuestra inquietud por tocar música de cámara y pasar más tiempo juntos, nace Kebyart en 2014. Desde entonces han cambiado muchas cosas. La amistad y la ilusión de tocar permanecen intactas. Seguimos manteniendo unos pilares.
¿Y cuáles son esos pilares?
La curiosidad por descubrir nuevo repertorio, la inquietud de trascender. Nosotros somos un cuarteto de saxofones que, quizá, resulte aún una formación un poco típica, a pesar de que ya es del siglo XIX. Nuestra intención es que el cuarteto sea una formación pionera de la música de cámara en el siglo XXI, ensanchando el repertorio con encargos y proyectos nacionales e internacionales.
¿Lo que sobretodo le interesa es la excelencia musical?
Sí, lo buscamos partiendo de la tradición, ya que, nosotros, desde nuestros años en el ESMUC, nos formamos con profesores que no eran especialistas en nuestro instrumento. El ejercicio por enraizarnos en la tradición fue llegando poco a poco. Me refiero a cuando estudiamos en la European Chamber Music Academy (ECMA) y conocimos al Cuarteto Hagen.
¿A qué se refiere cuando habla de trascendencer?
A que intentamos que nuestras interpretaciones contengan un mensaje, que no sean mera colección de sonidos agradables o desagradables, sino sonidos que puedan explicar y narrar historias. Y, además, de que el cuarteto trascienda y sea una formación prominente en nuestra época actual.
¿Qué le inspira?
Tocamos música de alta calidad con historias ya escritas. Al final, evocamos un discurso musical que pasa de momentos de gran intensidad a momentos de gran serenidad, creando un contraste, un espacio para una narración que no necesita traducirse en imágenes o historias musicales, sino que se apoya en una fuerza.
Sois un cuarteto muy sincronizado. Hay mucha fuerza en eso.
¡Sí, lo hay! Aunque, por supuesto, la perfección técnica no tiene límites. Empezamos con ocho años a tocar y, después de tanto tiempo formándose uno con el instrumento, acabas mimetizándote con él, tratando de alcanzar esa perfección que, si bien no se alcanza nunca, se busca, ya que cuanto más sabes, más deseas saber.
¿En qué momento se encuentra el cuarteto?
Estamos recogiendo el esfuerzo que venimos sembrando, hace ya siete años. Estamos en un momento muy dulce, de internacionalización y europeización, muy intenso, seleccionados en el European Concert Hall Organization (ECHO), un aval que nos ha permitido tocar en algunas de las salas más importantes de la escena europea, como la Philharmonie de Paris o la Elbphilharmonie de Hamburgo.
Está usted, sin duda, en un momento de consolidación. ¿Y en Cataluña?
En cierto modo, ya estamos más establecidos. Hemos ganado premios como el Premio Palau 2016 o el XII Premio Monsterrat Alavedra-BBVA de Música de Cámara, que nos han ayudado.
¿Cómo ves el actual panorama musical?
Nosotros tocamos música contemporánea, aunque no únicamente. Nos movemos en estos circuitos, como el festival MIXTUR de Barcelona u otros programas exclusivos de contemporánea, pero el cuarteto cree en una amplitud de estilos, donde todos ellos dialoguen y sean compatibles. Cuando hemos tocado en ciclos o festivales dedicados en exclusiva a la música contemporánea, siempre hemos tenido la sensación de que quizá cueste más comprenderla, ya que el público tiene sus prejuicios; pero que, si se trabaja bien y los músicos se esfuerzan en ofrecer las claves de la comprensión de las obras, la música contemporánea acaba siendo una música de alta calidad con la que todas las personas pueden emocionarse.
¿Cómo definiría el estilo de Kebyart?
Eclécticos. Tocamos desde barroco a neoclasicismo, llegando hasta la música de hoy. En lo que creemos es en la excelencia, en aquella que comunica y aporta calidad.
Confiamos en piezas que, aunque aparentemente no puedan tener relación entre sí, terminan alcanzándola, a partir de una idea que las vertebre a todas. Y, además, que esa idea sirva de guía para el oyente, permitiéndole realizar puentes extra musicales. Similar a cuando vas a un museo y contemplas una colección de pinturas o esculturas que giran alrededor de un tema o una estética. Quizá aisladas no evocan nada, pero sí, si las enlazadas en un discurso conjunto.
¿Qué referentes tenéis?
Unos de nuestros referentes es el Cuarteto Casals de Barcelona. Y Jörg Widmann, un músico al que admiramos y respetamos por su faceta completa. No se limita a ser músico, sino que ejerce como compositor, director de orquesta y clarinetista. Él intenta ser un músico total, defendiéndose en todas las disciplinas con las máximas cualidades.
¿Y usted se inspira en la misma idea?
Sí, somos saxofonistas, pero realizamos arreglos propios. Creemos en una visión del músico más completa, no solo limitándose a ser intérprete. El siglo XIX fue el de la especialización, pero mucho antes, muchos músicos de la talla de Mozart, Bach o Mendelsshon, ya eran improvisadores, compositores o musicólogos, artistas unidos a la música como arte, no como simple especialización.
¿Cómo encaráis los importantes conciertos que os esperan en esas famosas salas que antes señalabais?
on salas que impresionan, con mucha personalidad y ciertamente te sientes un poco pequeño. Pero cuando la música suena y te da fuerza, el entorno no te empequeñece, sino que te ayuda. Ese primer temblor queda en algo anecdótico.
¡Lo que queremos es crear música en las mejores salas y estamos ilusionados! Tratamos de vivirlo con absoluta naturalidad.
¿Y en Barcelona?
Estamos en un programa de música de cámara. Después, tocamos en Gerona, en un programa exclusivo de música contemporánea. Además, colaboramos en una pieza para cuarteto de saxofones y orquesta, de Philip Glass, que creo que es de las primeras veces que se interpreta en Cataluña. Un programa muy atractivo.
Una última pregunta: ¿a dónde le lleva su ambición?
Nos gustaría asimilar el mayor número posible de estilos y profundizar en todos estos lenguajes. Somos un cuarteto de saxofones, pero intentamos acercarnos a la tradición; por ejemplo, que si tocamos a Mozart (aunque no escribió para saxofón), podamos tocar a Mozart en el estilo que él mismo tocaba. Esto, sí, requiere tiempo y ambición.
También tocas a Bach.
Sí, y tratamos de acercarnos a su estilo con el mayor respeto, intentando aportar una nueva luz o un sonido auténtico, entendiendo su armonía.
Entrevista realizada por Txema Seglers
Próximos conciertos: *Philharmonie de Paris, 7/03 *Palau de la Musica, Barcelona 21/03