El proyecto europeo Lovemusic

Entrevistas 04.03.2021

Entre Alsacia e Inglaterra.
Una nueva perspectiva de la nueva música: este es el credo de este joven colectivo de nueve músicos, fundado en 2017 por Emiliano Gavito y el clarinetista británico formado en el Conservatorio de Estrasburgo, Adam Starkie.

Flauta, clarinete, violín, chelo, guitarra, acordeón, oboe, percusión y voz. Aparte de su atípica formación, ¿cómo definiría lovemusic, en tres palabras?

Creación: desde 2017, encargamos cinco piezas nuevas al año. Hemos tenido que hacer sacrificios financieros para poder hacerlo.

Innovación: queríamos proponer una formación instrumental original para tener combinaciones más raras de instrumentos y timbres. Por ejemplo, no queríamos incluir un piano en el colectivo.

Visual: experimentamos. El primer año trabajamos con dos escenógrafos. En el escenario, hacemos cosas bastante teatrales, con trajes y movimientos. La música siempre está en primer plano, pero la dimensión visual es importante. Es una forma eficaz de que el público entre en estos repertorios. Y luego hablamos mucho con el público entre pieza y pieza: contamos anécdotas sobre los ensayos, sobre el trabajo con los compositores... ¡No estamos vestidos de negro y congelados detrás del atril!

¿Cómo elige a los compositores cuyas obras va a interpretar, a los que va a encargar?

Escucho mucho, paso mucho tiempo investigando en Internet, en los canales de Youtube de los compositores, en Soundcloud, que es una mina. Hacer discos es cada vez más raro, así que es más fácil ir directamente a lo que el compositor publica en Soundcloud. Lo recomiendo a los que quieran hacer descubrimientos! Nuestra colaboración con el conservatorio y la Haute école des arts du Rhin (Audiencia) es preciosa: Daniel d'Adamo organizó enseguida conciertos de creación joven y yo siempre voy a escuchar las piezas de los alumnos. Es muy beneficioso para un conjunto ver lo que se hace en las clases de composición de los conservatorios. Puede detectar los talentos de la generación más joven. Los alumnos de una misma clase suelen proceder de varios países: sus influencias son diversas y ricas.

¿Sería diferente el ADN de lovemusic si no estuvieran en Estrasburgo?

Sí, todos somos producto -aunque no me guste esa palabra- del conservatorio y de nuestra clase. Cada vez que cambiaba el profesor o el compositor invitado, cambiaba la identidad de la clase. En el Conservatorio de Estrasburgo, nos sumergimos realmente en la profesión antes de ejercerla de verdad, ¡la emulación es única! Aunque hagamos giras de conciertos en otros lugares de Europa y del mundo, queremos tener una base aquí. Estrasburgo sigue siendo una ciudad pequeña, tal profusión es increíble. Damos un ciclo de cinco conciertos al año, desde 2019, en la biblioteca universitaria de Estrasburgo. A pesar de ello, tenemos que luchar: esta es nuestra tercera temporada y los otros conjuntos de Estrasburgo tienen varios años más. Tenemos que crear demanda! Damos entre 15 y 20 conciertos al año, no tenemos administrador ni director de producción: lo hacemos todo nosotros. Los primeros años de vida de un conjunto son una prueba de fuego. Tenemos que demostrar nuestra valía durante mucho tiempo antes de conseguir las subvenciones adecuadas.

Eres británico. ¿Cómo se explica que haya tan poca interferencia entre la escena contemporánea británica y la francesa?

Es muy extraño: ¡estamos tan cerca geográficamente y, sin embargo, tan lejos! Durante mi maestría en clarinete en el Conservatorio de Estrasburgo, preparé un proyecto que llamé "Un inglés en Estrasburgo". Las piezas contemporáneas que toqué eran escocesas e inglesas: no eran nada conocidas en Estrasburgo, esta música sonaba bastante exótica. Los jóvenes compositores británicos no son conocidos en Francia y viceversa, aunque de vez en cuando salgan algunos nombres como Philip Venables.

El año pasado, hicimos una gira por Inglaterra con el apoyo de la Fundación Diafónica Franco-Británica. Pero el Brexit dificulta aún más el intercambio... Los visados que necesitas para ir a jugar son muy caros y ahora muy complicados de conseguir. La logística ya es desalentadora. También hay que entender que el sistema artístico es totalmente diferente al de Francia: en el Reino Unido, los compositores suelen ser profesores en una universidad, como en Estados Unidos. Hay muchos más puestos de profesorado disponibles y están más valorados.

Nos vemos pronto en lovemusic en concierto en Estrasburgo:

  • retrato de Zad Moultaka en la Salle Ponelle de la ONR el 6 de junio
  • proyecto pedagógico con los alumnos de Daniel d'Adamo, HEAR y André Serre-Milan el 26 de junio en Reims

Entrevista realizada por Suzanne Gervais

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