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Clara Iannotta explica que compone de forma obsesiva, explorando hasta el absurdo un pequeño detalle que le llama la atención, normalmente una imperfección, que se empeña en expresar de la forma más completa posible. Afirma que su escritura le permite sondear su interior y descubrir lugares desconocidos que no siempre está dispuesta a revelar. Sus obras rebosan de una riqueza sonora asombrosa, que consigue mediante una amplia interacción instrumental y el uso de numerosos objetos periféricos, afirmando que su música se puede ver además de oír. Aunque el oyente se vea privado del espectáculo de los músicos en acción, este magnífico CD monográfico sigue siendo una experiencia auditiva fascinante.
MOULT (2018-2019) para orquesta de cámara, la obra que da nombre al disco, interpretada por la WDR Sinfonieorchestrer bajo la batuta de Michael Wenderberg, es un largo continuo sonoro que evoca el proceso de muda, comenzando con suspiros, susurros, caricias, chirridos, pellizcos, tintineos, roces, rasguños y arañazos. Tras un momento de concentración en el ostinato de una nota aguda de piano, varias explosiones dan testimonio tanto de la violencia de la transformación como de la fragilidad que le sigue. Siguen otras fases, puntuadas por choques repentinos, sin que el sonido se apague nunca, sostenidas por una escritura cincelada, orgánica y virtuosa.
Des pas dans le ciment frais (ii) (2015-2018), para piano, dos instrumentos de percusión y orquesta amplificada, es interpretada por Wilhem Latchoumia y L'Instant Donné bajo la dirección de Aurélien Azan-Zielinski. Inspirada en la obra de la poetisa irlandesa Dorothy Molloy, la composición ("Des pas dans le ciment frais") es como una invención musical, desde el impulso de un movimiento original hasta el continuo hilado de materiales. En una segunda fase, el piano insinúa puntuaciones rítmicas que son amplificadas en resonancia por las texturas orquestales granulares, en un diálogo concertante.
Clara Iannotta evoca la imagen de una habitación llena de polvo para Troglodyte Angels Clanck By (2015), en la que el ojo, al principio perdido, se acostumbra poco a poco a distinguir materiales y luminosidades. De hecho, esta pieza para conjunto amplificado, cuyo título también se inspira en Dorothy Molloy, interpretada por el Klangforum Wien dirigido por Enno Poppe, presenta varias fases muy diversas: una lluvia fulgurante de sonidos percusivos, resonancias minerales seguidas de un enjambre caótico atravesado por gritos. Es como si entráramos en el corazón de la piedra para captar su tranquilizadora resonancia interior.
¿Es realmente necesario saber que la compositora parte de la 'Courante' y el 'Doble' de la Partita nº 1 para violín solo de Johann Sebastian Bach para desplegar su escritura para orquesta de cuerda en Dead wasps in the jam-jar (ii) (2016)? Esta obra, interpretada por la Münchener Kammerorchester bajo la batuta de Clemens Schuldt, está llena de murmullos, y una vez más nos da la idea de sumergirnos en aguas profundas, en la espeleología de un suspiro explorado en todas sus fases, incluidas las más violentas, y en el resplandor de un fabuloso mundo submarino. Para terminar, con el chirrido, el sordo retumbar y luego el chirrido agudo de un mecanismo oxidado, la música lucha por desvanecerse, y la emoción nunca nos abandona.
La jungla sonora de Clara Iannotta se impone al oyente como un universo de escucha, una experiencia envolvente donde la temporalidad, el espacio y los materiales abren un viaje introspectivo al que es difícil resistirse.
Guillaume Kosmicki
