Capturar la emoción con Les Furtifs

Conciertos 26.11.2021

Laëtitia Pitz y Xavier Charles retoman la novela Les Furtifs de Alain Damasio y nos hacen escuchar esta "partitura de ciencia ficción" en la que voces e instrumentos se entrelazan en una única realidad sonora.

Adaptado para la escena por Laëtitia Pitz, el texto de los Furtif, profundo y divertido a la vez, nos habla de libertad y de resistencia combativa contra la sociedad de control y de rastreo que rige nuestras vidas. Inventados por Damasio, los Furtifs son seres invisibles de carne y hueso, seres supervivientes que se petrifican en cuanto un humano los mira: la aparición de una especie que la ciencia no ha podido detectar. Sólo podemos rozarlos con nuestras manos o salvar su emoción acogiéndolos en nuestro cuerpo.
Lorca y Sahar han perdido a su hija de cuatro años en extrañas circunstancias que no pueden explicar. Se ha ido, ha desaparecido. La pequeña Tishka se ha unido a la banda de Sigilos perseguida por la manada de cazadores. Convencido de que su hija está viva, Lorca se convierte él mismo en un cazador sigiloso que busca a su hija. Entonces se encuentra con Kendang, el intérprete de gamelán balinés que le revela su existencia: "Tu hija está viva, vive en el aire; debes volver a conectar con tu mujer, debéis estar juntos para que ella vuelva. Vivir es crear y bailar en la cresta de lo nunca vivido ", repite el músico en esta escena central de aprendizaje tras la cual todo cambiará.

Son trece en el escenario, diez músicos dirigidos por Xavier Charles con su clarinete y tres actores (Laëtitia Pitz, Benoit Di Marco y Sélim Zahrani) situados ligeramente por encima de los instrumentistas. Prestan sus voces a los diferentes personajes de este abundante texto: voces habladas en un flujo más o menos rápido, pero también moduladas, rítmicamente en modo rapero y a veces amplificadas para las necesidades de la narración. Un cuarto personaje, el Maniquí (Didier Menin), aparece en la irresistible escena de los "taxis". Es una criatura que se infla como un airbag y cuyo perfil se programa en función de las exigencias del pasajero al que va a acompañar durante el viaje: dinámica de la conversación, nivel de lenguaje, tema tratado, etc. Un momento de teatro privilegiado con sólo algunos efectos ruidosos en la orquesta.

El conjunto instrumental (percusión en el centro) es acústico, que interactuará con las voces. El trabajo escénico se basa en la escucha mutua de los actores y los músicos. Xavier Charles dice que ha buscado espacios sonoros y timbres en relación con las palabras: "Que las palabras de los actores entren en el tempo y jueguen con ellas ", se entusiasma Laëtitia Pitz.

Y así lo recibe el espectador, en una fusión temporal de los dos mundos y una fluidez de uno a otro que firma el éxito del espectáculo. Una mirada a la partitura revela la dimensión gráfica de la notación: trayectorias, dibujos, marcadores de color, términos sugerentes (frisson, mouvant, affairé, agile, etc.), una composición intuitiva que guía la improvisación de los instrumentistas -se piensa en laONCEIM, de la que forma parte Xavier Charles- en estrecha correspondencia con el texto que aparece al lado: "Se da un sentido, una dirección, pero se deja a cada uno la posibilidad de inventar, de crear. Mencionemos los momentos muy íntimos con las cuerdas -el violín de Patricia Boosshard con la corneta- al borde del silencio a la llegada de Tishka; el singular color que da la interpretación simultánea de los dos saxofones de Benjamin Dousteyssier y los temas de tipo jazzístico (con la ayuda de la batería) que pulsan el ritmo narrativo. No hay movimiento escénico como tal en Les Furtifs, salvo el notable trabajo de iluminación de Christian Pinaud, que habita los silencios y participa en el movimiento interior de este relato iniciático.
La compañía Roland Furieux revela su belleza en una "resonancia" tan fina como operativa.    

Michèle Tosi 

Bagnolet, Théâtre de l'Échangeur el 22-11-202
Les Furtifs: partitura de ciencia ficción para voces habladas y conjunto instrumental; basada en la novela de Alain Damasio; adaptación y dirección de Laëtitia Pitz; composición y dirección musical de Xavier Charles; diseño de iluminación de Christian Pinaud. Compagnie Roland furieux : Sébastien Béliah, contrabajo ; Patricia Bosshard, violín ; Xavier Charles, clarinete ; Benoit di Marco, voz ; Benjamin Dousteyssier, saxos ; Antoine Gerbal, batería ; Louis Laurain, trompeta ; Didier Menin, voz ; Anaïs Moreau, violonchelo ; Alexis Persigan, trombón ; Laëtitia Pitz, voz ; Marie Schwab, viola ; Sélim Zahrani, voz.  

Fotos © Morgane Ahrach

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