Bilaka fusiona tradición y nuevos sonidos

La fábrica 08.09.2023

Para los intérpretes más atrevidos, la música tradicional es algo más que una celebración del pasado: es un terreno fértil para la experimentación sonora y coreográfica. He aquí una demostración del joven colectivo vasco Bilaka, con sede en Bayona. 

"Kolektiboa" significa "colectivo" en euskera. Y "Bilaka" significa investigación. El colectivo de los que buscan: exploradores, en definitiva. " No sólo mantenemos vivo el repertorio tradicional vasco, sino que lo exploramos y reinterpretamos", explica Xabi Etcheverry, uno de los fundadores de Bilaka. Xabi es violinista, o más bien "violinista". La distinción es importante para él. "En la música tradicional, este término es importante. Encontramos este matiz con los irlandeses, entre 'fiddlers' y 'fidlers'. La misma distinción se hace en la cultura vasca, donde el violín puede llamarse "biolin" o "arrabita" cuando se utiliza en un repertorio tradicional.

La idea de un colectivo dedicado a la música y la danza tradicional vasca nació hace diez años en la mente de Xabi y unos cuantos amigos músicos y bailarines, formados como él en el conservatorio de Bayona y en grupos de música popular de los pueblos de la región. " Bilaka nació realmente en 2019. Reunimos a intérpretes profesionales que viven de su trabajo. Hoy somos quince músicos y una decena de bailarines".

Gernika from BILAKA on Vimeo.

Su credo: una interpretación contemporánea y experimental de esta música y danza centenarias. El manifiesto se anuncia ya desde la página de inicio del sitio web: "Bilaka trabaja en la activación contemporánea de la cultura tradicional del País Vasco". En otras palabras: "No nos limitamos a revivir músicas y danzas desaparecidas como si estuvieran en un museo", explica Xabi Etcheverry. Enriquecemos y activamos estos repertorios con influencias actuales. Nuestros bailarines se inspiran mucho en la fisicidad de la danza contemporánea y, en la música, nos gusta añadir nuevos sonidos e instrumentos para prolongar el movimiento de la danza tradicional hacia un nuevo lenguaje". Sus últimos espectáculos reúnen un sorprendente abanico de instrumentos: violín, percusión, bajo, acordeón cromático y diatónico, guitarra, txitsu y xirula -flautas vascas de tres agujeros-, así como órgano, piano, armonio indio, zanfona, etc.

En Bilaka, los músicos van a contracorriente del gran movimiento de armonización de la música vasca iniciado en el siglo XX. " Buscamos un sonido original: esta música se expresaba originalmente a través de un canto monódico y un simple zumbido. Queremos redescubrir esta expresión singular, minimalista y repetitiva, que tiene una poderosa dimensión de trance. ¡Características que evocan ciertos repertorios contemporáneos! Lo mismo ocurre con la danza: "Respetamos el ADN de cada danza, al tiempo que intentamos redescubrir una diversidad que puede haberse perdido. El potencial creativo y experimental de esta música es enorme...".

Basaide from BILAKA on Vimeo.

Bilaka cuenta ya con seis espectáculos, "pronto serán siete", dice Xabi. Uno de los últimos, Gernika (de Martin Harriague), se inspira en la catástrofe de 1937 y tiene un fuerte mensaje antimilitarista. "Yo escribo las bases de la música, pero casi siempre trabajamos juntos. Y, en el escenario, hay mucha improvisación. La danza y la música están inextricablemente unidas en la música tradicional, así que en el escenario, juntos, nos adaptamos continuamente a los movimientos de los bailarines lo más cerca posible".

Los músicos y bailarines ultiman actualmente un nuevo espectáculo: Ilauna. "Evoca un conjunto de creencias ancestrales sobre el más allá, el apaciguamiento de las almas y, sobre todo, la idea de que todo es efímero. En escena, cuatro bailarines y dos músicos. Una ocasión para descubrir el timbre de la alboka, la gaita vasca y las gaitas de Gascuña. Estreno el 5 de octubre en el Théâtre Espaces pluriels de Pau.

Suzanne Gervais

Foto © Irantzu Pastor
Foto © Franck Mage

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