Cuando una violinista orgullosa de sus raíces vascas decide dar vida a la creación musical hecha en Euskal Herria, ¡el resultado es un proyecto discográfico sin igual!
Cuando Marina era niña, no era música clásica lo que escuchábamos en casa, sino mucho rock, mucha música tradicional y, casi a diario, música de todo el mundo. Fue ella quien introdujo la música clásica, junto con los conciertos de violín, en los oídos del clan familiar... Nacida en el seno de una familia muy conocida en la escena musical vasca -su padre era el batería Jean-Marc Beheretche, miembro de famosos grupos folclóricos de la región, como Sustraia y Gazteok-, Marina Beheretche comenzó su vida como violinista profesional en la Orquesta de Cámara de Toulouse.
Euskal kulturaren lekuko: Marina Beheretxe from Euskal kultura - Basque Culture on Vimeo.
Ocho años después, en 2015, volvió a sus raíces: fue nombrada concertino de la Orquesta Sinfónica del País Vasco y enseña su instrumento en el Conservatorio Maurice-Ravel de Bayona, el mismo lugar donde aprendió música, antes de completar su formación en la parte española, en la Escuela Superior de Música de San Sebastián. En el Conservatorio de Bayona, los alumnos pueden aprender danzas tradicionales y recibir clases de teatro en euskera. Marina habla euskera en clase con sus alumnos vascoparlantes.
Desde que Marina regresó al País Vasco, ha estado ocupada con multitud de proyectos: es miembro del colectivo Ezekiel, con el que suele dar varios conciertos. Además, esta violinista de 35 años recorre toda su región tocando en las plazas de los pueblos vascos con su compañero de fatigas, el acordeonista Philippe de Escurra. En sus pequeños conciertos al aire libre, los dos amigos dan prioridad a obras de compositores vascos como Jesús Guridi Bidaola, y a la música festiva y bailable que tanto gusta a los vascos. Cuando elabora un programa de concierto, Marina no duda en mezclar estilos: la música clásica se codea con la música tradicional, un patrimonio más conocido por los oídos vascos. En 2016, la violinista grabó un sorprendente álbum de debut con el Cuarteto Arranoa: "4 Sasuak", en el que las famosas Cuatro Estaciones de Vivaldi son revisitadas al estilo vasco con la txirula (flauta pequeña) de Mixel Etxekopar y mezcladas con música del compositor estadounidense Marc Mellits. Un ovni musical...
En 2020, privada de conciertos y del compartir que tanto ama a causa de la pandemia, la violinista tuvo la idea de un nuevo disco que canta alto y claro al crisol de músicas y reúne a varios artistas del País Vasco francófono en torno a la creación musical vasca. Violines, viola, violonchelo, contrabajo, piano y cantantes tradicionales interpretan nuevas piezas compuestas por cinco artistas: Nathalie Biarnès, Peio Cabalette, Joël Merah, Frédéric Gaillardet y Mixel Etxekopar. El proyecto se llama "Aztarnak", que significa "huellas" en euskera, y para financiar la grabación, Marina lanzó a principios de 2021 una campaña de recaudación de fondos en la plataforma de financiación participativa Kisskisbank.
El proyecto ha conquistado a los internautas, con más de 15.000 euros recaudados de los 10.000 previstos. La artista visual vasca Arantxa Lannes realizará el libreto y las ilustraciones de la carátula del disco. La grabación tendrá lugar a finales de octubre, y el disco y el libreto saldrán a la venta a principios de diciembre de 2021.
Suzanne Gervais