Desde los albores de la humanidad, la música se ha comunicado con el más allá y se ha dirigido a las fuerzas naturales y sobrenaturales. Arte de dominar el tiempo, se enfrenta a la muerte y dialoga con espíritus y dioses en todas las culturas. En su último álbum, S.H.A.M.A.N.E.S, Anne Paceo ofrece su propia interpretación de estos poderes extraordinarios, inspirándose en rituales de todo el mundo y en su propio viaje personal. Un disco fascinante con mil sabores cuidadosamente ensamblados, donde el trance y el éxtasis nunca están lejos.
El álbum se centra en la voz y la percusión: la músico ha observado que ésta es la fuerza motriz de la mayoría de las tradiciones que ha estudiado. Su propia voz se une a las de Marion Rampal eIsabel Sörling para armonías hipnóticas y fórmulas encantadoras, no necesariamente al servicio de un texto (cinco textos de las doce pistas que componen el álbum). Añade a su conjunto al percusionista Benjamin Flament, con su aluvión de instrumentos y efectos sonoros, desde metalófonos (cuencos, gongs, láminas) hasta xilófonos (el balafón suena en "Here and Everywhere"). La baterista sincroniza sus propios ritmos con los engranajes de estos instrumentos de percusión multicolores, al servicio de una motricidad enteramente dedicada a dejarse llevar, porque las ceremonias que desea evocar también se basan a menudo en fórmulas repetitivas que conducen al trance.
El equipo también incluye a otros dos fieles compañeros: el saxofonista Christophe Panzani, cuyas volutas y arabescos aportan un sutil contrapunto a las voces aéreas de las cantantes (en "Here and Everywhere" y "Piel", por ejemplo); y el teclista Tony Paeleman, mago de los sonidos electrónicos con su bass station y su Fender Rhodes puestos a prueba con un sinfín de efectos sonoros ("Wide Awake"), pero también pianista en varios temas del álbum ("Reste un oiseau", "Mirages", "Wishes", "Healing"...). Anne Paceo también añade el n'goni a su paleta expresiva, como en "Reste un oiseau", un tema en el que también se escucha a Panzani al clarinete bajo, anclando el ritmo a la tierra.
Trance, éxtasis, meditación, hipnosis, oración mística... las múltiples sutilezas de estos estados alterados de conciencia, que permiten dialogar con las fuerzas ocultas, se manifiestan en músicas de caracteres muy diferentes, de las que se hacen eco las composiciones de Anne Paceo. Está la suspensión del tiempo, como en "Espejismos", con un descenso sobre cuatro acordes típicamente flamencos, cuyo torbellino va cobrando impulso. A veces, por el contrario, es un bucle rítmico implacablemente mecánico el que impulsa el tema, como en la breve "Travelers", donde las voces encantadoras parecen evocar algún ritual vudú de las profundidades del bayous. Incluso hay un atisbo de las sonoridades cristalinas y de cambio de fase de Steve Reich en "From the Stars", sublimado por la repentina aparición de la percusión, que acaba martilleando los bucles con su poderoso impacto.
La grafía del título S.H.A.M.A.N.E.S hace referencia a la escritura inclusiva y proclama la universalidad de los poderosos efectos terapéuticos de la música: más allá de géneros, fronteras y culturas, la respuesta a nuestras angustias existenciales y preguntas metafísicas. ¡Menudo programa!
Guillaume Kosmicki