Leonardo CárdenasMestizaje musical en Ecuador

Vista desde otro lugar 19.10.2021

Estamos en Loja, una ciudad del sur de Ecuador, considerada por muchos como el corazón musical del país, ya que hay muchos conjuntos, grupos y "bandas" en esta metrópolis popular entre los expatriados europeos, que además presume de ser la primera ciudad verde de Ecuador. Nos reunimos con Leonardo Cárdenas, un compositor ecuatoriano.

Le di a Leonardo una cita en un lugar apreciado por los jóvenes artistas de Loja: Lemon Trip, un lugar alternativo, que evoca las casas ocupadas de Berlín, los limoneros y las plantas exóticas además en el gran patio ocupado por sillones de piedra y carteles vintage. Lemon Trip, dirigida por Pablo, baterista y ciclista apasionado, es a la vez una "Casa de ciclistas" que acoge a los ciclistas en ruta, y un centro cultural donde Pablo organiza conciertos, representaciones teatrales y veladas poéticas.
Llega puntualmente, con una pila de discos en las manos.

Hola Leonardo Cárdenas! Tiene más de treinta años de carrera en su haber. Empecemos con su carrera como compositor...
Me gusta decir que aprendí tanto la composición académica, que proviene de la tradición europea, como la composición popular, una mezcla que puede encontrarse en mi música. Para mí, la música es una e indivisible, no me gusta compartimentar de esta manera, pero estas dos tendencias, estas dos tradiciones, digamos, existen y están muy próximas en Ecuador, y más generalmente en Sudamérica.
¡Puede que haya nacido en Guayaquil, pero soy un músico puro de Loja! Estudié piano, guitarra y composición en el conservatorio, uno de los más dinámicos del país.
Pasé varios años en Quito, la capital, donde escribí para la orquesta sinfónica, entre otras cosas. También he creado una serie de conciertos de música de cámara para tocar y grabar mi propia música y la de compositores ecuatorianos de los siglos XIX y XX, que todavía se tocan poco, como Luis Salgado, Antonio Neumane/ (¡que es de origen francés!), Carlos Ortiz o incluso mis contemporáneos como Gerardo Guevara (que trabajó con Nadia Boulanger nota del editor) y cuyo trabajo sobre la memoria de las canciones indígenas es importante.

Estabas hablando del mestizaje. Más concretamente, ¿cuáles son las influencias de su música?
Mi formación es académica, pero realmente vengo de la música popular. Me nutrí de ella. Cuando era adolescente, formé parte de un grupo de música folclórica andina aquí en Loja. Continué este trabajo más tarde en Quito, trabajando con intérpretes de música tradicional, pero en una dirección más avanzada, más experimental. Ya sea en mis piezas para violín solo, trío, cuarteto u orquesta, me gusta mezclar las melodías tradicionales ecuatorianas con la tradición camerística y sinfónica heredada del siglo XIX. En mi música, siempre reflexiono sobre las nociones de identidad y globalización. Hoy en día, un compositor tiene acceso a innumerables tradiciones musicales... El campo de influencias, y por tanto de posibilidades, es inmenso. Me encantan Ravel, Debussy, Fauré, la música española, el minimalismo norteamericano, así como el folclore latinoamericano y, más concretamente, la música indígena ecuatoriana, sobre la que he investigado mucho. Incorporarlo a mi música es una forma de preservar su memoria y, creo, darle vida. Pienso en particular en mi "Tríptico" para orquesta de flautas, un instrumento famoso en nuestro folclore. He llamado a las tres partes de la suite "Amazonia", "Andes" y "Trópico".

También escribí "Natem, Ayahuashca", una obra con nombre quechua que subtitulé "Viaje a mi interior", para quinteto de flautas mixtas.

¿Es difícil vivir de la música, ser compositor en Ecuador?
Todas las profesiones musicales son difíciles aquí. Los artistas no reciben mucho apoyo de los poderes públicos, como ha demostrado una vez más la pandemia. Hay muy pocos fondos para apoyar a los artistas y, sobre todo, a la creación. Estamos bastante solos. Necesitamos más festivales y concursos!
La escuela de composición ecuatoriana es reconocida en Sudamérica. Gracias a ello, existe una verdadera red de compositores: compartimos información e intercambiamos mucho. Nos reunimos regularmente. Y lo que es más importante, el mundo de la composición académica y el de la música tradicional y folclórica no son estancos, como habrá comprendido. Los músicos suelen tener un pie en ambos mundos y disfrutan trabajando juntos. Muchas universidades, en Loja, Quito, Cuenca..., albergan verdaderos centros de música popular, que forman y apoyan a jóvenes compositores. 

¿Y qué pasa con el público?
Al público ecuatoriano le gusta sobre todo la música popular. La música contemporánea más académica -aunque se inspire y se nutra de nuestro folclore- atrae actualmente a un público más reducido. El reto, aunque no creo que sea específico de Ecuador, es atraer a nuevos públicos y permitir que la creación musical tenga un público más amplio. Esto nos lleva de nuevo a la cuestión del apoyo público.

Entrevista realizada por por Suzanne Gervais

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