Las esculturas inmersivas, performances e instalaciones de Haroon Mirza ponen a prueba la interacción y fricción entre las ondas sonoras, las ondas luminosas y la corriente eléctrica, que él manipula como un fenómeno vivo, invisible y volátil. En 2009, como homenaje a la Dreamachine de Brion Gysin, diseñó la Dreamachine 2.0. En lugar del dispositivo estroboscópico improvisado, sustituyó las luces LED controladas por ordenador e incorporó sonidos a frecuencias que se corresponden con la actividad eléctrica del cerebro. En el marco de la Biennale du son, revisita esta obra en una versión performativa que ha bautizado en referencia a Terence McKenna (1946-2000) Self-transforming machine elves .

Haroon MirzaDurante sus estudios, le fascinó el ensayo de McLuhan sobre el espacio acústico. ¿Podría decirnos cómo influyó esta lectura en su trabajo?
Por un lado, el ensayo de McLuhan describía esencialmente el modo en que la información difundida en plataformas mediáticas como la televisión o un periódico se comporta acústicamente, porque el espacio acústico, a diferencia del espacio visual lineal, es esférico, y el sonido se propaga omnidireccionalmente a la misma velocidad.
Esta idea me proporcionó una base práctica para entender que mi trabajo es una especie de síntesis entre lo visual y lo acústico, y que existe una geometría espacial en la forma en que se percibe el contenido de mi obra (o de cualquier otra obra). La otra influencia importante que los ensayos de McLuhan tuvieron en mi trabajo es la idea de que antes del lenguaje, la vista y el oído eran un mismo modo de percepción. No había distinción entre ojo y oído, espacio visual y espacio acústico: todo formaba parte de la "experiencia" de la realidad. Este es el tipo de espacio que quiero explorar con mi trabajo. Un espacio de experiencia pura, desprovisto de toda distinción sensorial.

He leído en una entrevista que se define más como compositor que como artista. ¿Podría aclararlo?
Ya no suelo hacerlo, porque a veces me he metido en problemas con los viejos blancos ricos y estirados que dominan la música clásica contemporánea. Me gusta el término compositor porque describe la forma en que organizamos y registramos el material, ya sea material acústico en el tiempo, material visual en el espacio o material conceptual con el lenguaje. La mayoría de los artistas hacen composiciones y el término "artista" no tiene un significado fijo: es un término general para definir algo que no podemos definir del todo. Además, cuando digo que soy artista, ¡me siento como si dijera a la gente que estoy en paro! 

Como demuestran obras recientes como Stone Circle y For A Dyson Sphere, usted tiene en cuenta las cuestiones medioambientales: ¿es una limitación o una inspiración para usted? No es una limitación ni una restricción, sino una conciencia y una responsabilidad que todos tenemos como organismos de este planeta. Cuando hicimos el proyecto del Círculo de Piedra, era la forma más práctica y eficaz de producir electricidad en el desierto. Antes de este proyecto, no había visto ni un solo panel solar en el trayecto de tres horas de El Paso a Marfa. Tras el lanzamiento del proyecto, la empresa solar que nos patrocinó, Freedom Solar, abrió una tienda en Marfa en respuesta a la demanda. Aunque ya no estoy seguro de que la energía solar sea la forma más eficiente de producir energía, es mucho más sostenible que el petróleo que hace tan rico a Texas.

Hablemos de la performance que presentó el 16 de septiembre con motivo de la inauguración de la Bienal de Son. La performance tuvo lugar en una central hidroeléctrica en desuso: ¿qué papel desempeña el lugar, físico o simbólico?
Llevo mucho tiempo haciendo obras y performances con electricidad y agua, a veces utilizando la naturaleza caótica de estos dos materiales orgánicos y, la mayoría de las veces, su sonido. El ruido blanco del agua y el pulso de las señales eléctricas constituyen un espectro ilimitado de materiales compositivos. La combinación de agua y electricidad es siempre un acto crítico y político. Una genera la otra, pero la combinación de ambas puede ser tan peligrosa que a menudo se utiliza para facilitar el suicidio.
En este caso, hablamos de un tipo de mediación que induce trances y alucinaciones con el objetivo de sintetizar una experiencia cercana a la muerte (ECM) a través del sonido y la luz. Se trata de "Elfos Máquinas Autotransformadores", como llama Terence McKenna a las entidades que se encuentran bajo la influencia de la nn-dimetiltriptamina (DMT), la sustancia psicotrópica utilizada en la Ayahuasca y presente de forma natural en todas las plantas y mamíferos, incluidos nosotros, los seres humanos.
Las señales eléctricas proceden de trabajos previos realizados en colaboración con Siobhan Coen y en consulta con neurocientíficos del Imperial College, cuyos estudios pioneros han establecido el vínculo entre esta experiencia cercana a la muerte y la dimetiltriptamina.

Para concluir estas entrevistas, me gustaría hacerle la misma pregunta: ¿Qué significa para usted esta primera Bienal de son en Suiza?
Es maravilloso participar en esta bienal inaugural. Hay una miríada de subgrupos dentro de la idea general de arte: arte sonoro, arte mediático, arte digital.

Entrevista realizada por Anne-Laure Chamboissier

Fotos © David Bebber Fotos © Rowdy Dugan Fotos © Cortesía Lisson Gallery