Las dos almas de Laura Farré Rozada

Entrevistas 15.06.2021

Laura Farré Rozada tiene dos almas: las matemáticas y la música. Pionera en este campo, esta joven pianista nacida en 1990, que empieza a destacar en el mundo de la música contemporánea, ha desarrollado un método propio para simplificar el proceso de memorización de las obras. Adémas, acaba de publicar "Nimbus", editado por el sello Seed Music, un álbum en el que rinde homenaje a Olivier Messiaen y a la música de los siglos XX y XXI. "Nimbus", que se sumerge en las posibilidades creativas del agua como fuente de inspiración, reúne obras de Fukijura, Jodlowski, Ravel, Takemitsu y Zhao, entre otros. Con este trabajo, la joven pianista alarga la estela de su anterior disco "The French Reverie".  

Usted está especializada en los repertorios de los siglos XX y XXI. Es pianista y matemática. De hecho, diseñó un nuevo método basado en las matemáticas para simplificar el proceso de memorización y no recorrer a la partitura. ¿En qué consiste este método?
Mientras compaginaba la carrera de matemáticas con la de piano, me di cuenta de que el proceso más eficiente para memorizar una obra no era necesariamente lineal, sino que estaba más bien relacionado con la capacidad de desarrollar un mapa mental de la pieza y resolver aquellos puntos en los que a veces se tenía que simplificar la complejidad en estadios. También observé que, muy a menudo, las estrategias de resolución de problemas que aprendía en clase de matemáticas, también me eran útiles para abordar problemas que me encontraba al aprender una obra musical. Así que, con el tiempo fui desarrollando mi propio método de memorización, que me permitía memorizar la música con una mayor confianza y musicalidad.  

Interesante.
Sí. Este método consiste en escalonar en distintos niveles de dificultad, el proceso de aprendizaje y memorización de una obra, de modo que el cerebro siempre se siente cómodo con el nivel y volumen de complejidad con el que trabaja.

Su investigación pone de relieve la relación entre las matemáticas y la música. ¿Hasta qué punto son cercanas?
Las matemáticas son el soporte sobre el cual se fundamenta la música en términos físicos y teóricos. La música, en definitiva, es sonido que se manipula intencionadamente. Estas manipulaciones, ya sean de notas, ritmo, dinámica, articulación o instrumento, por ejemplo, siempre se pueden justificar desde una perspectiva matemática. Y al final, en mi opinión, la música satisface la misma paradoja que las matemáticas: ¿se inventan o se descubren?

Esta es una buena pregunta.
Las matemáticas, por un lado, nos permiten procesar la música a nivel cognitivo. Todos los cálculos matemáticos que hay detrás de estas manipulaciones del sonido, nosotros los hacemos inconscientemente, pero se podrían transcribir en fórmulas, y tienen una solidez racional. Empezamos a ser conscientes de esta complejidad cuando intentamos programar ordenadores para que sean capaces de realizar tareas cognitivas, o sencillamente, procesar el sonido.

¿Y si pensamos en las matemáticas y la creación? Por ejemplo, diferentes compositores se han inspirado en las matemáticas para sus creaciones. Pienso en Milton Babbit o en Debussy. Y también Steve Reich.
También, porque las matemáticas se han utilizado para crear música, ya sea desde cero, o propiciando ideas musicales que estimulen la creación de la obra musical. Y aunque su aplicación ha sido más explícita y ampliamente conocida durante el siglo XX y la actualidad, las matemáticas se han usado para componer música desde hace siglos. De hecho, uno de los objetivos de mi doctorado, consiste en utilizar las matemáticas para conceptualizar la música desde un punto de vista racional. Una perspectiva que no se había adoptado hasta ahora, para afrontar el reto que supone la memorización para los músicos de clásica y contemporánea.

Usted ha sido invitada como conferenciante en varias universidades. ¿Qué relación existe entre los fractales, el célebre efecto mariposa y la música? ¿Puede explicárnoslo?
Los fractales son una aplicación concreta de la simetría en la música. Es decir, son unos patrones que se repiten a ellos mismos hasta el infinito. Han ayudado a explicar muchos fenómenos desconocidos en la naturaleza como, por ejemplo, la forma de las nubes o la de las olas del mar. Haber descubierto los fractales y sus propiedades ha permitido poder mejorar la tecnología. Por ejemplo, las antenas utilizan geometría fractal para maximizar su superficie. Por otro lado, el efecto mariposa es un fenómeno relacionado con los fractales y la teoría del caos, que da una explicación lógica a por qué resulta tan difícil establecer predicciones meteorológicas.

En este sentido, y para ser más precisos, ¿de qué manera pueden aplicarse las matemáticas a la composición de una obra?
DDepende de cómo se utilicen. En mi opinión, las matemáticas siempre deben ser una herramienta y no una finalidad en sí misma. Durante siglos, las matemáticas se han utilizado para organizar la música, dotarla de estructura y coherencia y generar variedad a partir de una misma idea. No obstante, cuando escuchamos música no somos conscientes de las matemáticas que hay detrás de una composición musical. Esto es una buena señal, porque significa que las matemáticas se han utilizado como herramienta que enriquece la música. Pero, cuando la finalidad en sí misma consiste en utilizar las matemáticas para generar una música excesivamente compleja, pero dejando de lado el componente musical, es cuando creo que se pierde todo el sentido de la obra de arte.

Su último trabajo, "Nimbus", es un homenaje a Olivier Messiaen. El álbum incluye obras de compositores internacionales como Jodlowski, Chin, Takemitsu, Guix, Ravel,Thorvaldsdóttir, Fujikura y Zhao. ¿Qué buscaba con este álbum? ¿Cómo fue la gestación de esta obra?
"Nimbus" es la segunda parte conceptual de mi primer álbum"The French Reverie" (2018). En cuanto salió mi primer disco, vi muy claro que este proyecto tendría una continuidad, y supe enseguida cuál sería el concepto que lo sustentaría y sus principales obras. A pesar de ello, me tomé el tiempo necesario para reflexionar y terminar de esbozar el repertorio del álbum, porque para mí la gestación de un álbum es un momento crucial entre un proceso de crecimiento artístico y un proceso de distribución artística.

¿Y la intención?
La intención de"Nimbus", como la de "El ensueño francés” es abrir una puerta amable a la música contemporánea, a todas aquellas personas que desconocen o nunca se han sentido atraídas por este repertorio. Hay un componente pedagógico detrás. Pero, también, es un disco para quienes ya son aficionados a esta música y quieren descubrir nuevas obras, ya que detrás del disco hay un trabajo de investigación de nuevos repertorios y una lógica muy desarrollada. El concepto de"Nimbus" es el agua, que utilizo para conectar todas las obras entre sí, y que articula una gran diversidad de estéticas musicales y formas que puede adoptar el agua como formato artístico.

Drizzle Draft compuesto por Josep Maria Guix

Entiendo, pues, que su álbum de debut, The French Reverie conforma un todo con Nimbus.
Los dos álbumes se inspiran en la misma filosofía. Ambos discos y sus repertorios están conectados, sí, y la unión de los dos completa este homenaje a Olivier Messiaen. Es la macroestructura que dota de sentido todo el proyecto, y justifica esta elección de obras y no otras. En el caso concreto de"The French Reverie", mi idea era dar a conocer el repertorio francés de los siglos XX y XXI, y que fuera en el formato de un sueño, en el que se mezclan influencias en y de otros compositores europeos. Un mestizaje de culturas subyacente. En cambio,"Nimbus" va un paso más allá, y se centra en la influencia de la música francesa en Asia, principalmente. Una cultura que en Francia se ha considerado exótica, pero, que a su vez, ha contribuido a europeizar. Y es esta reflexión la que creo que se desprende del disco, ya que todos los compositores y compositoras presentes se han formado en Europa, y han sido capaces de fusionar esta formación con sus raíces.

Usted ha dicho antes que ambos discos pretenden acercar la música contemporánea a personas que la desconocen. En este sentido, ¿cree que las nuevas tecnologías pueden ayudar a ello y dar a conocer de forma más amplia la música contemporánea?
Creo que las nuevas tecnologías no servirán de nada en esa tarea, a menos que haya un componente pedagógico detrás. Después de la Segunda Guerra Mundial, se buscó refugio en las matemáticas para hacer tabula rasa de la tradición musical anterior, y generar una nueva música. En este caso, la ‘tecnología’ que aportaban las matemáticas a la música no contribuyó a divulgarla más, todo lo contrario, ya que se priorizó el elitismo a la pedagogía. Aunque sea un paralelismo anecdótico, el mensaje que quiero transmitir es que las nuevas tecnologías no harán nada por sí solas, sino que dependen del uso que les demos. Y en mi opinión, para popularizar la música contemporánea, hay que explicarla. Y desde luego, las nuevas tecnologías pueden contribuir a que este proceso sea más fácil.

¿Cómo ve el panorama de la música contemporánea?
Creo que es una escena que hace poca autocrítica y en el que hay mucho ruido. Y con ruido me refiero a autores mediocres. En el caso del piano, hay pocos compositores que sepan escribir bien para el instrumento, y que tengan ideas interesantes que contar a través de su música. También, hay autores realmente fascinantes, pero, a menudo cuesta descubrirlos porque, no siempre son los más divulgados. A pesar de ello, la esencia de la música contemporánea creo que es esa. Nuestra generación es la encargada de encontrar los genios del hoy para que se escuchen el día de mañana, y con mis proyectos, intento aportar mi granito de arena a esta tarea.

¿Qué interpretes le interesan?
Una de las intérpretes contemporáneas que más me fascina es la flautista Claire Chase, quien he tenido el privilegio de conocer. Tiene una extraordinaria versatilidad, ha contribuido a ampliar el repertorio contemporáneo de flauta, ya que ha encargado muchísimas obras para su instrumento, y desprende un magnetismo increíble en sus conciertos. Chase ha colaborado en múltiples ocasiones con Tyshawn Sorey, que es otro músico con el que he tenido el gusto de poder trabajar. Sorey me abrió un mundo en el campo de la improvisación libre, y aunque no es mi faceta habitual, para mí, fue un antes y un después en este campo.

¿Cómo está viviendo la pandemia y los confinamientos? ¿Repercutió en su trabajo? ¿Se celebrarán los conciertos previstos?
A corto plazo, la pandemia supuso un estrés permanente, porque constantemente tuve que modificar el calendario y la planificación de trabajo. Pero, a largo plazo, me ha brindado la oportunidad de trabajar en mi segundo disco Nimbus, que hacía tiempo que tenía en la cabeza. Poder dedicarte en cuerpo y alma a un proyecto de estas características por un periodo de tiempo relativamente largo, debido al confinamiento, ha sido una gran oportunidad artística, a pesar de las dificultades. Y teniendo en cuenta las fatales consecuencias de la pandemia, a pesar de todas las adversidades, me siento afortunada.

Una última pregunta: ¿cuáles son sus expectativas para Nimbus, y cómo quiere que el público se acerque a la obra?
Me gustaría poder presentar"Nimbus" en el mayor número de lugares y ante el mayor número posible de públicos. Y como hice con"El ensueño francés", poder presentarlo en todos los países de origen de los compositores que interpreto. Para mí, esta es la segunda parte del proyecto de grabación, que la obra salga de gira, y que durante la gira haya un intercambio. Una difusión de la música de los compositores en países donde son totalmente desconocidos.

Nimbus está recibiendo buenas críticas y resulta muy interesante su firme actitud pedagógica en acercar la música contemporánea.
Creo que Nimbus es un disco que no deja indiferente a nadie. Me gustaría que cualquier persona que lo escuche, lo haga desde la curiosidad, dejándose sorprender. Que escuchen activamente cuestionen qué impacto genera en ellos esta música. Para mí, las reflexiones que pueda estimular "Nimbus" en el publico es la mayor de las recompensas.

Entrevista realizada por Txema Seglers.
Barcelona

Foto © Sílvia Poch

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