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La violinista Agnès Pyka, directora artística del conjunto Des Équilibres, encargó en 2018 obras inspiradas en las tres sonatas para violín de Brahms a Philippe Hersant, Nicolas Bacri y Graciane Finzi. Este disco es el testimonio de este encuentro musical, servido por una interpretación de alto vuelo, junto al pianista Laurent Wagschal.
El tema del Regenlied de Brahms, , que impregna el último movimiento de su Sonata nº 1, Op. 78 (1878), comúnmente conocida como la Regensonate ("Sonata de la lluvia"), también da nombre a la pieza de Philippe Hersant e inspira inmediatamente la larga introducción cromática para violín solo que abre el disco. Este tema varía muchas veces en el transcurso de un viaje altamente expresivo, dirigido en su totalidad por un violín virtuoso y lírico, a menudo solista, que se eleva regularmente al registro superior y ejecuta una serie de técnicas, dobles cuerdas, cambios armónicos, trémolos y pizzicatos. A lo largo de las distintas etapas sonoras de esta composición de casi veinte minutos, el papel del piano es colorear su melodía de violín con atmósferas más impresionistas que románticas, pasando a veces por acompañamientos iridiscentes, temblores en los agudos cristalinos, sólidas columnas armónicas en forma coral y contrapunto arpegiado.
In Anlehnung an Brahms ("En el espíritu de Brahms"), de Nicolas Bacri, se abre en un estado de ánimo totalmente diferente, con el violín y el piano en un diálogo más abierto e igualitario. Las misteriosas armonías y el expresivo cromatismo de la introducción, intercalados con silencios, pronto adquieren un ardor y una fogosidad románticos. Esta primera parte parece estar muy alejada del clima sereno de la Sonata nº 2 , Op. 100 (1886), compuesta a orillas del lago de Thun(Thuner-Sonata), una obra que Clara Schumann apreciaba por encima de todas las demás de Brahms. Pero las ardientes llamas del incendio inicial se repliegan sobre la atmósfera más refinada y profundamente lírica de una sección central más tranquila, más acorde con su fuente de inspiración, que concluye con una secuencia final más contrastada, entre la agitación feroz y los fugaces momentos oníricos, cuya coda rebaja toda la tensión.
Graziane Finzi opta por rendir homenaje a la Sonata nº 3 (1888) de Brahms a través de cuatro movimientos cortos, haciéndose eco de su estructura clásica. La compositora teje su propia sonata Winternacht ("Noche de invierno") a partir de breves extractos temáticos tomados del modelo, trozos de memoria que el oyente puede o no reconocer. Su poesía sonora, con sabores nocturnos melancólicos y soñadores, resulta irresistible. Esto es particularmente cierto en los movimientos lentos "Adagio" (2) y "Cantabile" (3), donde la sutil escritura pianística domina la textura, ofreciendo un viaje de mil colores, acompañado por discretos toques de violín. Esta obra es la más rica del disco.
La sonata para violín y piano podría considerarse una lejana reliquia de una época pasada, en la que dos héroes musicales de un pasado obsoleto se cruzaron en un gran derroche sentimental y virtuoso. Hersant, Bacri y Finzi, al adoptar este modelo a través de este homenaje a Brahms, saben cómo conmovernos en lo más profundo al tiempo que demuestran que nuestro tiempo aún puede saborear y renovar este modelo romántico. Agnès Pyka y Laurent Wagschal nunca están en la manifestación, pero subliman con tanta sutileza como compromiso estas partituras que se les dedican.
Guillaume Kosmicki
Disco en Klarthe Records