Con All Above, el nuevo y tercer álbum de su proyecto Grand River, la compositora Aimée Portioli explora un registro de música ambiental rico en texturas, melodías y tensiones dramáticas. Se podrá descubrir en directo el 9 de abril en el festival Rewire de La Haya, así como en Barcelona, Gijón, Londres, Potsdam y Crato.
Un número creciente de artistas componen hoy en la confluencia de las prácticas clásicas, electrónicas y minimalistas, desde el mundo de la "clásica moderna" al de la música de cine, pasando por una escena "electro" que prospera lejos de la pista de baile. De Nils Frahm a Hildur Guðnadóttir, pasando por Hania Rani y los menos conocidos Neil Cowley y Deaf Center, toda una generación de compositores demuestra ahora el mismo dominio de las cuerdas, el piano, los programas informáticos y los sintetizadores, tanto si se expresan en uno u otro de estos registros como si mezclan con naturalidad en sus obras estos tipos de instrumentación antes antagónicos.
El singular nuevo álbum de Grand River , que se inscribe en esta dinámica, contrasta un tanto con los trabajos de esta nueva ola, en la mayoría de cuyos álbumes predomina el piano. All Above(2023) se sitúa más bien en el punto de encuentro de numerosos afluentes, entre los que destacan la herencia del minimalismo, la música ambiental, la grabación de campo, las exploraciones electrónicas de la escena alemana de los años 70, el arte sonoro del drone y el noise o lo que hoy se denomina más comúnmente electrónica.
Desde los inicios de su proyecto en 2017, y a lo largo de tres álbumes publicados desde 2018, la compositora Aimée Portioli ha compuesto utilizando un rico instrumental de piano, violonchelo, órgano, guitarra acústica, sintetizador modular, sintetizador Buchla y software de procesamiento de sonido.
Y aunque las pistas de su nuevo álbum están todas construidas alrededor de su viejo piano vertical, a menudo desaparece o se disuelve detrás de la riqueza de sus timbres electrónicos y texturas sónicas." Quasicristallo", el tema que abre este álbum magistralmente elaborado, está compuesto a partir de las insistentes pero inestables notas de su instrumento favorito, que poco a poco se van cargando de aliento, interferencias y resonancias similares a la niebla. "Human", que le sigue, se construye en torno a coros en bucle, las mismas nubes de sonidos electrónicos y secuencias de sintetizador más obsesivas. Más adelante, otros temas del álbum como "Kura" e "In The Present As The Future", en los que a veces se leen fragmentos de voces y textos, parecen componer una serie de ambientes sonoros cuyas tramas y melodías adquieren un aura de misterio y ficción, al tiempo que sugieren una compleja gama de motivos, situaciones y emociones, como la espera, la tensión, el vagabundeo, la búsqueda, el repliegue o la desolación.
Veinticinco años de aprendizaje
La dificultad de describir o clasificar la música de Aimée Portioli es precisamente lo que la convierte en una compositora tan interesante que, como ella misma reconoce, nunca ha buscado asociarse a una escena concreta ni situarse dentro de una corriente estética definida. Más allá de su inspiración, cuyo origen se esfuerza en describir, explicando que privilegia la experimentación, la práctica y la intuición, su obra musical da testimonio ante todo de un largo y rico proceso de aprendizaje, que permite comprender mejor la maestría y el eclecticismo de los que hace gala hoy en día.
De nacionalidad holandesa e italiana, nació en los Países Bajos en 1985 y creció allí hasta los doce años. Desde muy pequeña, Aimée sintió fascinación por los instrumentos de juguete, a los que acompañaba cantando, antes de unirse a un coro religioso infantil, que cosechó cierto éxito a través de conciertos, grabaciones y giras. Fascinada por los músicos que a veces acompañaban al coro, se inició en la guitarra clásica y luego en la acústica, con la ayuda de clases particulares (una constante para ella, que parece haberse negado siempre a asistir a conservatorios). En su adolescencia, se trasladó a una pequeña ciudad italiana del Véneto, compuso sus propias canciones y tocó en varios grupos de rock, al tiempo que estudiaba piano, canto y solfeo. Cuando sintió la necesidad de grabar sus propias composiciones, empezó a aprender sobre grabación y software a finales de los 90, antes de descubrir los teclados electrónicos. Más tarde, en Milán, cantó y compuso para publicidad, estudió violonchelo, se formó como ingeniera de sonido en Radio24 y luego creó una agencia y un estudio de postproducción y diseño de sonido. A lo largo de la década de 2010, trabajó al servicio de los demás, al tiempo que desarrollaba su obra personal, sin conseguir, no obstante, dedicarse a tiempo completo a la carrera de compositora. En 2015, se trasladó de Milán a Berlín, donde instaló su estudio y tres años más tarde publicó un notable álbum de debut, Pineapple (2018). El álbum otorga un lugar de honor a su dominio de los sintetizadores en un registro cercano a la llamada música cósmica de los años setenta, al tiempo que demuestra una mayor concisión, en términos de escritura melódica, que sus mayores.
Blink A Few Times To Clear Your Eyes, que le siguió en 2020 y se publicó en el prestigioso sello Editions Mego, le proporcionó un nuevo nivel de fama, y se situó en la misma línea, en la encrucijada de la historia del minimalismo y los pioneros de la música electrónica. Este segundo álbum, sin embargo, explora estados de ánimo más próximos a la música ambiental, sin caer en la trampa de un género cuya estética puede coquetear con los clichés. Lejos de la idea de música dedicada a la relajación, sus piezas más ambientales, cargadas de tensión y emoción, nunca rehúyen la violencia, la aspereza o la extrañeza del mundo exterior. Pretenden "negociar con el caos", tomando prestada una frase acuñada por el autor y compositor David Toop sobre este género musical, que a veces se considera un refugio del mundo exterior.
All Above, con su título en forma de pregunta espiritual, está sin duda impregnado de una emoción suplementaria en comparación con los trabajos anteriores de la artista. Dedicada al compositor y fundador del sello Mego, Peter Rehberg, fallecido prematuramente a los 53 años en el verano de 2021, Aimée Portioli aparece por primera vez en la portada de uno de sus álbumes, con la mirada vuelta hacia el cielo y el rostro marcado por una emoción puesta en escena a la manera de un personaje de teatro o de ópera. Corresponde al público, nos dice, interpretar estas imágenes como quiera y dejarse llevar por las complejas emociones de estos ocho temas compuestos en el secreto de su estudio berlinés.
Concierto audiovisual e instalación sonora
Durante la primavera y el verano de 2023, el público podrá descubrir o redescubrir este álbum en versión escénica, acompañado por el pianista Andert Tysma, en forma de espectáculo con iluminación e imágenes del artista berlinés Marco Ciceri. Igual de exitoso y ambicioso que este último álbum, el todavía inédito "Tuning The Wind" se presentará en forma de actuación en directo y de instalación sonora espacializada. Su título, que podría traducirse como "afinando el viento", lleva al público en un viaje de treinta minutos en el que el viento asume el papel de instrumento por derecho propio, y en el que brisas, ráfagas y borrascas entran en diálogo o se mezclan con hábiles texturas sonoras y secuencias de sintetizador y notas sostenidas. De forma naturalmente etérea, "Tuning The Wind" es emblemática de gran parte de la obra expresiva, híbrida y singular de Aimée Portioli, cercana a la música ambiental, envolvente y sensorial, y al mismo tiempo cargada de tensión y emoción.
Jean-Yves Leloup
"All Above" en directo * 9 de abril en elRewire Festival de La Haya (Países Bajos) * 28 de abril en elL.E.V. Festival de Gijón (España) * 10 de junio en elWaking Life Festival de Crato (Portugal)
"Tuning The Wind" en directo * 7 de abril en el FestivalMostra Barcelona, España * 3 de junio enel Q3AmbientFest, Kesselhaus, Potsdam, Alemania
Foto © Federico Boccardi Foto © Tiberio Sorvillo Foto © Krzysztof Karpinski Foto © Tony Jageteg