Una velada de impacto delas obras maestras intemporales de Xenakis

Conciertos 23.03.2022

Es la cuarta generación de las Percusiones de Estrasburgo (dos chicas y cuatro chicos) la que sube al escenario de la Ciudad de la Música para celebrar el sexagésimo aniversario de la Falange de Estrasburgo y el centenario del nacimiento de Xenakis. Las dos obras del programa, que acaban de grabar en su propio sello, fueron escritas para los fundadores del grupo y estrenadas junto a Xenakis con diez años de diferencia: en 1969 para Persephassa, revelada al público en el grandioso emplazamiento de la Apadana de Persépolis, y en 1979 para Pléiades, la obra maestra intemporal que se escucha al comienzo de la velada.

Xenakis, como buen arquitecto del sonido, siempre se preocupó por la naturaleza del material y la forma en que el sonido debía circular en el espacio. Para Les Pléiades, el público se sitúa en torno a los seis percusionistas colocados en círculo alrededor del perímetro del escenario; cabe señalar que la sala modular de la Cité de la Musique fue reconfigurada para satisfacer los deseos del visionario compositor. Los conjuntos de percusión de cada uno de los músicos son relativamente similares: teclados, pieles (bombos, toms, bongos) y madera (bloques de templo, bloques de madera, etc.), así como los sixxens (palabra que incluye el número seis de los percusionistas y las tres primeras letras de su nombre) que había construido para la ocasión. Es un teclado metálico de 19 tonos afinados en cuartos de tono cuyo timbre laríngeo recuerda a los colores del gamelán. En 1973, Xenakis viajó a Indonesia con algunos amigos (entre ellos Betsy Jolas, Marie-Françoise Bucquet, Toru Takemitsu, etc.) para sumergirse mejor en estas nuevas fuentes sonoras.

¡Los seis percusionistas llegan al escenario (y se van) corriendo! El orden de los cuatro movimientos de la partitura -Pieles, Metales, Teclados, Mezclas- se deja a la elección de los intérpretes, que comienzan con las Mezclas, un lugar en el que las tres cualidades percusivas se entrelazan y superponen. La sección de metales es aún más jubilosa, con un fondo pentafónico que encanta la resonancia. La sección reservada a los seises es la más larga, la más sonora también, los intérpretes no escatiman ni su fuerza de golpeo ni los tímpanos de los oyentes (¡se distribuyen tapones a la entrada de la sala como en los conciertos de ruido!): júbilo tímbrico, variedad de dinámicas e infinito espectro de colores que se renuevan según las configuraciones rítmicas. El final reservado a las pieles tiene algo de salvaje y primario bajo el gesto comprometido de los percusionistas: rebote energético, deflagración, crepitación y polirritmia dan lugar a desarrollos tan complejos como controlados, que acaban deslizándose progresivamente hacia el silencio.

Es este mismo crepitar de las pieles, tan hechizante como telúrico, con exclusión de cualquier otro material percusivo, el que da comienzo a Persephassa , dando lugar a una creación luminosa muy lograda. Como en Pléiades, Xenakis utiliza algoritmos (técnica del tamiz) para elaborar su periodicidad rítmica, garantizando la renovación constante del comportamiento instrumental y de las estructuras temporales .

Persephassa (el nombre arcaico de Perséfone) fue un encargo de Mehdi Bousheri para el Festival de las Artes de Shiraz-Persépolis, en el que se presentaba música tradicional de todo el mundo (Xenakis escuchó por primera vez música de Bali), así como creaciones occidentales. Los seis grupos de instrumentos se distribuyeron en círculo entre los restos de las columnas del palacio de Darío [...]", reza la historia de la creación.

En la Sala de Conciertos, los seis músicos, vestidos de blanco, se colocan en el suelo y rodean al público. Más inesperada que Les Pléiades, la partitura ahorra silencios elocuentes, acentúa los contrastes y reserva sorpresas: Todos estos elementos se reúnen en un final muy colorido que pone en juego la energía cinética de una música que se acelera y un movimiento que se desboca (vibración de los platos de trueno) hasta el famoso "giro final" asumido por los toms en relevo y la vitalidad del gesto de nuestros seis percusionistas dando a ver como a oír el torbellino xenakiano.


Michèle Tosi

Week-end Xenakis
Cité de la Musique, París, 19-03-2022
Iannis Xenakis (1922-2001) : Pléiades para percusión ; Persephassa para percusión. Les Percussions de Strasbourg: Minh-Tam Nguyen, Alexandre Esperet, François Papirer, Thibaut Weber, Hsin-Hsuan Wu, Yi-Ping Yang.

Fotos © Jesus s.Baptista

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