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El nuevo director del Festival Pablo Casals, Pierre Bleuse, se ha propuesto dar a conocer el certamen a escala internacional y, al mismo tiempo, afianzarlo en el territorio y llegar al público. Nos habla de los retos de un programa lleno de desafíos.
Usted sustituye a Michel Lethiec y es su primer año al frente del Festival Pablo Casals. ¿Es su primera experiencia en la dirección de un festival?
Al final de mis estudios musicales, participé en la programación de las " Nuits d'été ", donde hice mis primeros pasos; luego hubo, como eco y durante dos años, las "Nuits d'hiver", donde imaginamos hermosos programas. Pero todo eso fue hace mucho tiempo. Rápidamente me absorbieron otras actividades: violinista de formación, ocupé el puesto de concertino en la Orquesta de Cámara de Toulouse hasta 2010. Ese fue el año en el que puse en marcha un proyecto de festival con Noruega en forma de intercambios económicos y culturales, que fueron muy positivos y ciertamente me pusieron el pie en la puerta. Sin embargo, me lo pensé mucho antes de aceptar la propuesta de Prada, sabiendo la responsabilidad y el trabajo que suponía. El hecho de tener fuertes vínculos con Cataluña desde mi infancia (mi abuelo vivió y está enterrado en Ria, el pueblo vecino a Prades), me empujó sin duda a aceptar el reto. Tuve la suerte, al nacer en una familia de músicos, de conocer muy pronto el repertorio contemporáneo, la música barroca con instrumentos antiguos, la profesión de cuarteto de cuerda, que practiqué durante tres años: toda esta experiencia me ha nutrido durante mucho tiempo y me ha dado un cúmulo de ideas que ahora quiero compartir.
Si el espíritu del festival, en el aura del maestro del lugar y de su violonchelo, se conserva, este año ha renovado completamente a los intérpretes invitando al gotha del mundo artístico a Prades.
quise reabrir las puertas del festival a toda una generación de intérpretes con trayectoria internacional que nunca habían pisado suelo catalán, y no me costó convencer a Sol Gabetta, Bertrand Chamayou, Isabelle Faust, Renaud y Gautier Capuçon, todos ellos muy honrados de participar en un evento de renombre al que nunca habían sido invitados.
Atrás queda la academia y sus maestros de bata blanca. Su acción a favor de la generación joven toma un giro completamente diferente.
Quería encontrar otro modelo que el "curso de formación" académico que es muy caro para las familias... Después de este terrible período de silencio y aislamiento que los jóvenes soportaron incluso más que nosotros durante la pandemia, quería reunirlos, crear una plataforma de intercambio, considerarlos como artistas y no como estudiantes y también pagarles. Así nació la idea de la Orquesta del Festival, donde cada joven recibirá 1500 euros por su participación en los conciertos.
¿Cómo ha hecho la selección de personal?
Fui a ver las distintas escuelas europeas, el CNSM de París, el HEM de Lausana y Ginebra, el ESMUC de Barcelona, la Academia Menuhin y el Instituto Superior de Artes de Toulouse. Les expliqué mi proyecto y les pedí ayuda económica para el viaje y el alojamiento de los jóvenes. Todos respondieron positivamente y espero obtener dinero europeo para compensarles en los próximos años.
En su proyecto, menciona el ejemplo de la Escuela y el Festival de Música de Malboro, donde los profesionales son mentores de los más jóvenes.
Me he inspirado en esto al proporcionar entrenadores, en este caso miembros de los Cuartetos Dutilleux y Klarthe, para supervisar a los jóvenes de la orquesta y asesorarlos en sus conciertos de música de cámara por la mañana: una forma de crear un vínculo entre las generaciones que van a trabajar y tocar juntas. Dirijo los conciertos de apertura y clausura, pero también he traído a dos personalidades, el español Josep Pons y el ruso Vladimir Spivakov, que me han hecho el honor de aceptar este reto. Quiero crear una orquesta con una gran ambición artística e invitar a directores que pongan el listón muy alto.
En cuanto a la creación, este año tiene un compositor en residencia, dos de cuyas obras están en el programa del festival...
Conocí a Daniel Arango-Prada, un joven compositor colombiano, durante la final del Concurso de Composición de Ginebra 2019, que dirigí. Su obra para oboe y conjunto Dune, ganadora del concurso, me entusiasmó y quise incluirla en el programa de esta primera edición, invitando al Lemanic Modern Ensemble, que la estrenó. El Festival también le encargó una obra para cuarteto de cuerda y voz, que se interpretará en las Grottes des Grandes Canalettes con el Cuarteto Bela y la soprano Julia Wischniewski. Quería que Daniel Arango-Prada viniera con un grupo de jóvenes compositores que se quedaran durante todo el festival. Esto no sucedió, pero en el futuro me gustaría dar a esta residencia aún más influencia invitando al público a las reuniones y ensayos. Mi idea es volver a poner a los creadores en primera línea de un festival que durante mucho tiempo ha glorificado a los artistas.
También está la cuestión de dónde exponer esta creación...
Efectivamente, estamos trabajando en ello; he encontrado un lugar magnífico, el antiguo boulodrome, frente a la estación de tren de Prades, donde se está trabajando y que debería estar operativo en 2022. Se convertirá enel Club durante la duración del festival: un lugar de convivencia donde se puede venir a tomar una copa y escuchar el concierto de las 22:30 horas, de tendencia jazzística, contemporánea, electro o audiovisual. Este año, hemos propuesto cinco veladas de este tipo en el Château Pams, en el parque del ayuntamiento de Prades. Se trata de una oportunidad perfecta para cruzar estéticas y públicos con propuestas originales y para introducir las nuevas tecnologías, como correspondería hacer en un espacio como las Grottes de Corneilla de Conflent.
Por último, me gustaría abordar la espinosa cuestión de la paridad en la programación. ¿Se incluirá a las mujeres en las ediciones de 2022 y siguientes, ya que este año están ausentes?
Resulta que dirijo muchas obras de mujeres compositoras y tengo la intención de recurrir a ellas en futuras ediciones. Todavía no se ha decidido nada, pero me gustaría mucho que el próximo invitado fuera una compositora. Y también animaré a los intérpretes a incluir obras de mujeres en su repertorio. El mismo problema existe en el mundo de la dirección de orquesta, y estoy muy satisfecho de que este año tengamos a Nil Venditti, un joven director italo-turco que dirigirá el Lemanic Modern Ensemble.
¿Cuál es su mayor deseo para este festival?
Quiero que sea un lugar de intercambio y apertura; quiero que se reúnan músicos, público y artistas de todos los ámbitos. Quiero tomarme mi tiempo y construir un programa que tenga sentido y alma.
"Sol Gabetta" en directo desde el festival, el concierto de apertura, en France Musique, aquí
Entrevista realizada por Michèle Tosi
