A BEGINNING #16161D es lo que queda del color cuando te sumerges en la oscuridad, y esta es la experiencia que Aurora Bauza y Pere Jou nos proponen en el Auditori de Barcelona los días 11 y 12 de marzo. Una original y poética creación musical y coreográfica que empuja los límites de los sentidos y se ofrece a la imaginación, a la que se asocia Hémisphère son. Conozca a los dos protagonistas.
Aurora, Pere, ¿dónde y cómo nace vuestro proyecto?
PereJou: Hace once años, en un máster de música interdisciplinar en el Conservatorio Superior de Música de Cataluña y la Universidad Autónoma de Barcelona. Teníamos el mismo interés por comprender la música desde otras perspectivas. Yo estudié formación clásica, aunque cuando me encontré con Aurora trabajaba en el pop.
Y tú también, Aurora ?
Yo del clásico, estudié el superior de piano y luego musicología.
¿Y entonces empezó todo?
PB : Poco a poco empezamos como compositores para audiovisuales y compañías de danza y teatro; y nuestro trabajo se fue fusionando con un lenguaje escénico; hasta que el interés desbordó la situación. De repente, sentimos la necesidad de crear propuestas en las que trabajaremos con lo escénico, pero de un modo tan intrincado que no se supiera dónde termina el cuerpo y dónde la voz.
AB: De hecho, aún tenemos problemas para definir nuestra propuesta, porque a veces nos categorizan en teatro, danza, música… Y la verdad, pues no sé!
¿Y cómo interpretar esa dificultad para categorizar y encasillar vuestra propuesta?
AB: A la institución aún le cuesta entender que los lenguajes son cada vez más híbridos y encajan menos las categorías canónicas; y seguimos todavía categorizando mucho las propuestas; supongo que para hacerlas comprensibles al público.
PJ: Trabajamos lo musical y lo coreográfico.
AB: Sí, eso es, teníamos necesidad de proponer algo musical pero que, a su vez, se relacionara con la escena, pero de otro modo.
¿Y desde qué punto de vista?
PJ: Hay algo en nuestra forma de pensar la música que va más allá de lo que tradicionalmente se concibe como musical; algo que se limita al terreno estrictamente musical.
Pónganos un ejemplo.
PJ: Tú vas a ver un concierto de música antigua y, de repente, los músicos están de pie y no sentados. A nosotros eso ya nos parece una elección escénica potente; y entonces, nos preguntamos a nosotros mismos, ¿por qué no damos un paso más? Porque tú percibes el fenómenos sonoro no sólo a través de los oídos, sino a través de la vista.
AB: Sí, y de lo estético, también. De inicio, queríamos probar otros formatos de creación musical. Además, Pere y yo veníamos de músicas muy codificadas en las que todo está muy medido, con dramaturgias sin movimiento. La pregunta sería: ¿cómo se percibe la música, si el código es otro? Y en ese sentido nos aproximamos a la danza.
PJ: Exacto, porque la danza tiene elementos de ritmo, de composición, etc. Y la voz, un elemento crucial de nuestra investigación, es el link perfecto, pues es el instrumento-cuerpo.
AB: De hecho, toda nuestra investigación parte del cuerpo.
Si, investigaís sobre el cuerpo, pero ¿desde qué punto de vista?
PJ: Tenemos una tendencia a disponer los cuerpos en el espacio para que la relación entre ellos en una temporalidad muy dilatada de los acontecimientos en escena permite que nazcan una serie de imágenes que aluden precisamente a esos cuerpos.
AB: Sí, y que remitan a la construcción del yo, a las relaciones humanas, a la construcción del lenguaje y de un grupo social, del yo con el grupo, etc; es decir, surge un material que es extramusical y que gracias a él se perciben nuevos códigos sobre todos estos temas.
¿Y cómo trabajaís?
AB: Partimos de una idea que suele ser más formal que conceptual. Por ejemplo, en la obra delAuditori, partimos de la idea de la oscuridad. Y entonces, con un grupo de personas, nos preguntamos qué sucedía en el campo auditivo al provocar esa oscuridad, qué podía acontecer si en esa oscuridad se elimina el sentido de lo visual y se potencian otras maneras de comprensión, sensibilidad y percepción.
PJ: Es decir, el punto de partida era cómo percibir el movimiento, si no es a través de lo visual. Se trataba de repensar las cosas a la inversa.
¿Como la sinestesia?
PJ: Sí, y cuando en esa oscuridad pusimos un punto de luz, eso fue un gran descubrimiento, casi una epifanía. La pregunta es cómo podemos disociar la voz del cuerpo que genera esa voz. Por ejemplo, yo para generar una determinada melodía o sonido con mi voz, el cuerpo se dispone de una forma. Entonces, yo quiero hackear eso, irle a la contra y ver qué imagen genera.
Debe de ser un trabajo delicado.
PJ: Jugamos, nos tomamos el tiempo necesario para investigar y entender de qué queremos hablar.
Una vez que sabemos de qué va la obra, empezamos a... AB: ... construirla.
Y necesitamos varias semanas de ensayo para averiguarlo: tenemos que crear materiales, investigar y probarlos en el espacio. PJ: Por supuesto, al tratarse de una representación, es necesario que los intérpretes incorporen y encarnen los materiales de la composición de movimiento en su integridad.
Cuéntenos ahora cómo surgió vuestra primera obra "I AM (T)HERE".
AB: Esa primera pieza ya la habíamos presentado en formato pequeño en un festival creado por El Liceo. Luego recibimos un encargo de ese festival y pensamos que podía ser una oportunidad. Así que empezamos nuestra investigación, presentamos en enero y luego nos dimos cuenta de que nos gustaba, y decidimos seguir investigando y desarrollándola hasta presentarla en el festival Grec.
PJ: Era la idea de antes: cómo disociar el cuerpo de la voz y ofrecer dos líneas de lenguaje en paralelo, pero encarnadas en un solo organismo.
Y luego vino WE ARE (T)HERE.
PJ: Sí, esa pieza dura 25 minutos.
Es la misma idea pero desplazada hacia el grupo, hacia lo colectivo. AB: Y, por supuesto, este nuevo enfoque generó otros simbolismos. PJ: De hecho, la pieza siguió su propio camino: ¿cómo se mantiene una presencia escénica porque la voz y el cuerpo están disociados?
Esta idea casi se remonta a la clásica pregunta de si el cuerpo y el alma pueden disociarse.
AB : Cuando vemos un cuerpo que canta, pero cuya presencia va en otra dirección, se genera un cuerpo alienado de sí mismo, porque está haciendo dos cosas autónomas. Esta presencia particular nos permite hablar de las imágenes que nos interesan, en el campo poético, sugiriendo diferentes interpretaciones.
Colocamos el cuerpo en un marco que permite al espectador proyectar sobre él muchas interpretaciones diferentes. PJ: Sí, es cierto, pero enmarcado en un campo semántico de relaciones humanas.
Para terminar, me gustaría hablar de UN PRINCIPIO #16161Dla pieza que presentarás en el Auditori.
PJ: Este número del nombre es un código de color.
De hecho, los colores tienen códigos. AB: Es el color que vemos en ausencia de luz. De hecho, tenemos la capacidad de ver el negro: por ejemplo, si vemos un objeto negro en condiciones de mucha luz. Pero en ausencia de luz, no es negro lo que vemos, sino un color grisáceo, de ahí la idea del título.
El punto de partida fue la oscuridad. Suena muy bien.
AB: Sí, buscamos información acerca de todo este campo de la oscuridad, sobre procesos de la retina, de la psicología, lo cognitivo, personas con problemas de visión, etc.
PJ: A mí me gustaría que el público lo recibiera desde lo infantil, en el buen sentido de la palabra, porque al entrar en la oscuridad, el espectador se sumerge en la vulnerabilidad, y con la idea de voz y cuerpo y movimiento, te adentras en la fantasía.
AB: Esta obra exige atención para atender otros modos de percepción, pues al extraer lo visual, que es el recurso de análisis de la realidad más rápido, la obra plantea cómo comprender lo que sucede cuando se desplaza lo visual. Abrirse y dejarse llevar por la propuesta.
Entrevista realizada por Txema Seglers
Fotos © Anna Fàbrega